En honor al Día Internacional de la Mujer conmemorado el 8 de marzo, es importante reflexionar y reconocer el progreso que las mujeres en todas las profesiones de diseño han logrado en los últimos años. Desde que se nombró a más mujeres para puestos directivos en instituciones académicas destacadas de todo el mundo, Jeanne Gang fue mencionada en el Top 100 de personas más influyente de la Revista Time en su edición 2019, el equipo femenino de Counterspace recibió el diseño del Pabellón Serpentine en Londres, y la primera oficina dirigida por mujeres que ganó el prestigioso Premio Pritzker hace solo unos días, cada vez más mujeres en arquitectura están ganando el reconocimiento que se merecen en esta profesión tradicionalmente dominada por hombres.
Junto con la celebración de estos logros, nosotros, como comunidad de diseño, debemos mirar hacia adelante y predecir cómo este poderoso movimiento podría unirse en sus objetivos en tres áreas clave que han sido muy discutidas por profesionales e institutos de diseño por igual: transparencia en la compensación, reclutamiento y retención de mujeres empleadas, así como en oportunidades de desarrollo profesional, todo con el fin de crear aún más un paisaje de igualdad para las mujeres en el diseño. Aunque ninguno de estos problemas puede resolverse de la noche a la mañana, pequeños pasos hacia adelante en estas áreas allanarán el camino para que las diseñadoras del futuro se sientan más representadas y respetadas por sus logros.
En un ensayo escrito para Fast Company el año pasado, Jeanne Gang, fundadora y directora de Studio Gang, con sede en Chicago, sugirió que uno de los pasos críticos en este movimiento hacia la igualdad debería comenzar con algo tangible: arreglar la brecha salarial pagando a hombres y mujeres lo mismo, así como ser transparente sobre los salarios en el lugar de trabajo para generar respeto entre los colegas. A diferencia de otras medidas intangibles de valor, el pago es un número subjetivo que puede y debe nivelarse según el género. La AIA ha lanzado varios informes que han revelado estadísticas sorprendentes que respaldan la propuesta de Gang. Los salarios promedio para los hombres son más altos que los de las mujeres en cada año de experiencia, incluidos los salarios de nivel de entrada donde la diferencia salarial puede variar en unos pocos miles de dólares. Esto solo aumenta a medida que se gana experiencia y puede aumentar hasta una brecha salarial del 15% en puestos más altos que las mujeres tienden a ocupar menos. Esto eventualmente conduce a una de las razones por las cuales las mujeres dejan sus trabajos en arquitectura, o dejan la arquitectura por una nueva profesión. Algunas empresas, como Studio Gang, han hecho grandes avances y han cerrado su brecha salarial por completo. Gang cierra su ensayo diciendo: “Dar el primer paso hacia la igualdad a través del pago nos permite avanzar, juntos, para abordar los desafíos más complejos que nos esperan. Se encuentran disponibles herramientas completas basadas en matemáticas para evaluar el problema. Pongámoslos a trabajar. Se debe poner atención en el dinero (o la falta de él) y arreglar la desigualdad salarial ahora."
Cuando se trata del número real de mujeres en la profesión del diseño, la respuesta parece obvia: si deseas que más mujeres sean arquitectas, enseña a más mujeres a ser arquitectas. Otras profesiones en el campo STEM a menudo citan un problema que proviene de la falta de talento disponible, o el hecho de que las niñas a menudo no ven a las mujeres que tienen carreras técnicas que puedan ser mentoras. Si bien esto puede atribuirse a algunos de los primeros problemas de reclutamiento, la AIA ha descubierto que casi la mitad de los estudiantes de arquitectura son mujeres. Entonces, ¿por qué tan pocas se quedan en la industria después de la graduación? Esta pregunta se puede explorar en dos partes.
La primera parte es la idea de que, dado que sigue siendo una industria dominada por hombres, los hombres son la cara de la profesión. A menudo son los que se sientan en comités, toman decisiones, realizan entrevistas y crean un sistema repetido de no incluir a las mujeres en puestos de poder.
La segunda parte considera la idea de que la sociedad todavía le da peso a la idea de un "starchitect", que nuevamente es un campo dominado por los hombres que históricamente ha incluido a muy pocas mujeres. ¿Qué pasa con las mujeres que no quieren ser las próximas Norman Foster o Frank Gehry? La forma en que definimos el éxito en esta profesión debe convertirse en un término más amplio con una gama de definiciones aceptables. Hay arquitectas que quieren centrarse en otros aspectos de la arquitectura y forjar sus propios caminos, no los medios tradicionales de práctica o academia que los hombres han enseñado como dogma a lo largo del tiempo. Las mujeres que permanecen en la práctica también desean tener las mismas oportunidades cuando se trata de promociones, aumentos y la capacidad de participar en un trabajo significativo. Las mujeres quieren ser conocidas como grandes arquitectas, no como grandes mujeres arquitectas.
La batalla por la igualdad en el diseño está lejos de terminar. En todo caso, acaba de comenzar, y estos próximos años serán fundamentales para definir el éxito de la igualdad femenina en el lugar de trabajo. Nuestra profesión debe esforzarse por reflejar el mundo que diseñamos y apuntar a hacer un mejor lugar, y esto incluye celebrar los éxitos y permitir la igualdad de oportunidades para las mujeres con las que trabajamos en nuestras prácticas cotidianas.
