Desde las esculturas de Miguel Ángel hasta las estructuras de los templos griegos, los interiores de castillos y palacios, y el emblemático Pabellón de Barcelona de Mies van der Rohe, cuando nos acercamos a la historia de la arquitectura y la escultura, es inevitable que no hablemos del mármol. Originado a partir de la reacción química que sufre la piedra caliza al exponerse a temperaturas y presiones muy altas, durante miles de años, este material noble es una roca metamórfica que generalmente se encuentra en regiones donde se ha producido actividad volcánica. Su extracción, por sí sola, ya es un espectáculo.
El proceso de extracción se lleva a cabo en canteras y yacimientos naturales ubicados en grandes montañas rocosas, y es realizado por equipos profesionales y maquinarias apropiadas para la actividad. El primer pedazo de roca extraído tiene generalmente unos 12 metros de largo x 6 m de alto x 1.80 de ancho. A partir de este primer bloque se cortan piezas más pequeñas, de aproximadamente 3 m x 1.8 m x 1.8 m, que luego se cortarán en espesores más pequeños para la fabricación de encimeras, pisos, revestimientos u otros elementos. Aunque su extracción representa un impacto ambiental significativo, es posible aprovechar casi todo lo que se extrae de los yacimientos. Los residuos sólidos pueden utilizarse para la fabricación de bloques de pavimento, o incluso para la fabricación del terrazo. Además, su polvo puede aumentar las propiedades físicas de los bloques estructurales.
Presentando una gran variedad de tonos blancos, grises, rosas, verdes y negros, e incluyendo vetas que varían según el lugar desde donde fueron extraídas, las piezas de mármol continúa impresionando y se utilizan en la construcción civil para el revestimiento de muros interiores, pisos y fachadas, y para la construcción de muebles en obra o accesorios en cocinas y baños. Tanto así, que existen muchos otros materiales cerámicos que imitan bastante bien sus diseños.
Existen 4 tipos principales de acabados para el material:
Bruto: el mármol se corta y se deja tal cual como fue retirado del yacimiento.
Pulido: es la forma más popular. Al pulir la superficie, la textura de la pieza toma una apariencia suave y brillante.
Mate: este es un acabado intermedio, que le da una apariencia opaca y suave, manteniendo el color natural de la roca.
Cepillado: consiste en la utilización de cepillos abrasivos de diamante para cepillar la superficie de la roca, dejando la superficie ligeramente irregular, con un leve brillo satinado.
En cualquiera de los casos, siempre es aconsejable aplicar una resina sobre la piedra para cubrir y proteger todas las porosidades e imperfecciones naturales.
Es muy común que el mármol se confunda con el granito, una roca ígnea o magmática resultante de la consolidación del enfriamiento del magma fundido. Mientras el mármol tiene vetas, el granito presenta una apariencia más granulada. Otra diferencia es que el mármol es un material más poroso, que absorbe más humedad.
Al tratarse de un material natural, son precisamente sus diseños, colores y patrones los que lo hacen tan atractivo. Su precio varía (y aumenta) precisamente debido a la rareza y la exclusividad de los colores.
Revisa, a continuación, una selección de proyectos que utilizan mármol en distintos elementos arquitectónicos.
Fachadas
Mobiliarios
Pisos
Cocinas
Baños
