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Arquitectos: Ana Lozano Portillo
- Área: 327 m²
- Año: 2019
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Fotografías:Diego Opazo
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Proveedores: Arkoslight, GRAPHISOFT, Ideal Standard, LOSAN, Saloni, Technal, Tres
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La casa ostra es como se conoce cariñosamente a este hogar en una sola planta, cuyo proyecto nace de las necesidades de sus promotores, recelosos de habitar una vivienda excesivamente expuesta con grandes ventanales. El bivalvo fue, desde los primeros dibujos, la mejor metáfora de la casa: una pieza introvertida, de envolvente tosca y rugosa de pequeñas rasgaduras a modo de ventanas y un interior sedoso, irisado y lleno de juegos de luz.
Así nace el gran patio circular como la perla protegida por su potente cáscara. Todos los espacios se relacionan con un gran vacío acristalado que alberga la piscina y un pequeño jardín interior, y cuya cubierta se modula atendiendo a la órbita solar, favoreciendo la entrada de sol directo en invierno, y protegiéndose de sus fuertes rayos en verano. Lamiendo este vidrio discurre un deambulatorio forrado en roble punteado de discretas puertas que dan acceso a cada una de las habitaciones y cuartos de baño de los miembros de la familia.
Piedra, vidrio, cerámica- todas en tonos grises y arenas- y madera completan la paleta de materiales.
De vital importancia era la solución del patio, que debía reforzar la sensación de continuidad espacial interior-exterior al tiempo que resolver adecuadamente la evacuación de las aguas. Se elige para este cometido un gres porcelánico en su versión antideslizante, tanto para la playa de la piscina como para el propio vaso, evitando así piezas de remate en piedra artificial tan típicas como desafortunadas. Se trabaja el material como si de una piedra se tratara, redondeando los cantos en las esquinas vivas.