Estar al día con las nuevas tecnologías, entender cuáles son las mejores soluciones para cada proyecto, y conocer los productos presentes en el mercado y aquellos que utilizaremos en el futuro. Hemos observado que estos temas despiertan un gran interés en los arquitectos, estudiantes y amantes de la arquitectura que visitan nuestro sitio todos los días. Durante 2019, ArchDaily puso su foco en los materiales, abarcando productos, técnicas constructivas y materias primas en general. El año comienza a llegar a su fin y hemos recopilado los artículos más vistos de esta sección, intentando comprender lo que implican para el presente y hacia donde nos llevarán en los próximos años.
Nuevos usos para materiales tradicionales: actualizando antiguos conocimientos
Innovar no siempre significa crear nuevos materiales a través de procesos controlados y complejos en un laboratorio. La innovación puede aparecer al transformar algo común de una manera más inteligente, o al crear soluciones simples que resuelvan problemas complicados. En el caso de la arquitectura, esto puede representar la resignificación de algún material para su uso noble, como las hermosas paredes de barro en Ghana, o el uso de residuos para crear objetos artísticos y revestimientos diversos. O reformular creativamente los detalles constructivos para buscar nuevas formas de trabajar con ladrillo.
En el caso de los materiales de construcción tradicionales, durante este año presentamos una serie de mejoras en la eficiencia constructiva, la sostenibilidad e incluso la estética. En el caso de la madera, por ejemplo, las diversas posibilidades de los tableros permiten un uso universal de este material, desde muebles hasta pisos. Las maderas de ingeniería, como la madera laminada cruzada (CLT) o la madera laminada encolada (Glulam), entre otras, han revolucionado la industria, anunciando incluso la construcción de rascacielos de madera en el futuro cercano.
El hormigón, otro material milenario, utilizado en formas primitivas desde la época romana, sigue siendo muy apreciado por los arquitectos, ya sea al natural o con la adición de pigmentos. Aún así, muchos investigadores de todo el mundo continúan buscando formas de hacerlos más resistentes y livianos, para su uso en estructuras e incluso en componentes interiores. Entre nuestros artículos se destacaron innovaciones como el hormigón celular curado en autoclave o el concreto reforzado con fibra, entregando nuevas posibilidades para el material. Al mismo tiempo, soluciones simples como la impermeabilización de los techos con agua también muestran que el conocimiento se crea cuando combinamos los saberes tradicionales, la experimentación y los errores, junto a la investigación de alta tecnología.
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Diseño de interiores: detalles que mejoran la experiencia cotidiana de las personas
Ya lo decíamos a principio de año: a medida que las ciudades se vuelven más densas y pasamos más tiempo dentro de los edificios, el diseño interior se convierte en un factor clave para determinar la calidad de vida de las personas. Desde la salud emocional y corporal hasta la comodidad y eficiencia al habitar el espacio, pasando por los gustos personales y los niveles de apropiación que sentimos por nuestro entorno, la calidad ambiental afecta directamente al ser humano, y su diseño debe ser llevado a cabo con detenimiento y responsabilidad.
La luz del sol bien manejada puede darnos calor y a la vez reducir el florecimiento de microbios; la ventilación adecuada puede limpiar el aire interior y refrescarnos durante el verano; el color o la incorporación de plantas y materiales naturales pueden estimularnos sensorialmente y hacernos sentir bien. Por otra parte, la iluminación artificial fría puede ayudarnos a concentrarnos mientras la luz cálida puede crear un ambiente más relajante y acogedor. Incluso, innovar en el diseño de espacios que creíamos inamovibles, como el baño o la cocina, puede cambiar totalmente nuestra percepción del espacio y nuestra experiencia cotidiana. La preocupación por la accesibilidad universal es también esencial.
En un mundo en que el diseño estandarizado y un minimalismo mal entendido podría terminar literalmente por enfermarnos, nada debe ser dejado al azar. La arquitectura en interiores puede ser tan compleja como emocionante, y nos obliga a observar y entender a las personas con más cuidado que nunca.
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Innovación en tecnologías constructivas: colaboración, automatización y empoderamiento
Conocer el proceso constructivo de un material, desde su fabricación hasta su instalación, puede cambiar nuestra percepción sobre el entorno construido. En la era de la automatización y la robótica, nuevas maquinarias y técnicas de trabajo han redefinido la totalidad de los procesos de producción industrial y los métodos constructivos ordinarios, extendiendo las capacidades de la forma y las posibilidades de diseño.
Durante el 2019, y en la última década, hemos sido testigos de la incorporación al mundo laboral de nuevas herramientas para imaginar estructuras y mejorar la eficiencia y eficacia del proceso constructivo, desde tecnologías de visualización y coordinación de actores, hasta avances en la prefabricación y robótica en el sitio de construcción. Al centro de la innovación técnica se encuentran, por supuesto, el internet y la automatización.
Esto nos lleva a reiterar la pregunta: ¿hasta qué punto estas nuevas tecnologías y la creación de productos inteligentes podrán hacer la diferencia en la calidad de vida de las personas este año, y en el futuro?
El contenido publicado este año nos ha permitido encontrar nuevas aristas en respuesta a esta pregunta. Si antes vaticinamos el impulso del reciclaje, la domótica y los sistemas de producción altamente tecnológicos, hoy agregamos una nueva arista: la entrada de nuevos actores en el proceso de diseño y construcción del espacio. Son las mismas tecnologías las que han empoderado a más personas, poniendo información técnica y didáctica a disposición de quien esté interesado, como la profesionalización del DIY (o 'Hágalo usted mismo') y la evolución de las Tiny Houses. Durante la próxima década, deberíamos observar una democratización de la tecnología, el conocimiento y de nuestra disciplina, considerando que, hoy más que antes, quienes participan en la construcción material del espacio pueden elegir trabajar y promover nuevos productos que desafíen los modelos de desarrollo, consumo y urbanización existentes.
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