Alberto Cruz, uno de los arquitectos chilenos refundadores de la Escuela de Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y fundador de Amereida y la posterior Ciudad Abierta, dejó más de 2.200 cuadernos y carpetas, 200 dibujos en distintas técnicas, formatos y soportes y alrededor de mil documentos cuando falleció en 2013.
Cinco años antes, su nieta, la historiadora Sara Browne, comenzó a trabajar con Cruz catalogando su producción íntima. Hoy toda ese archivo forma parte de la Fundación Alberto Cruz Covarrubias, un espacio para honrar la memoria del Premio Nacional de Arquitectura 1975.
En esta conversación vía email con Browne, la historiadora repasa los desafíos de conservación y digitalización del histórico archivo, al mismo tiempo que reflexiona sobre el legado de Cruz Covarrubias
Nicolás Valencia: ¿Cuál es la historia de la fundación Alberto Cruz?
Sara Browne: Cruz murió en septiembre de 2013 dejando como legado más de 2.200 cuadernos/carpetas, 200 dibujos en distintas técnicas, formatos y soportes y alrededor de mil documentos. Todos ellos bien organizados. Este gran acervo corresponde a una producción íntima, personal. Todo lo relativo directamente a la Escuela de Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), su obra arquitectónica y docente está centralizado en la Escuela. Es una suerte de diferenciación obra pública/obra privada.
En 2008 comencé a trabajar con él inventariando toda su producción íntima. Cruz le dio la estructura y nombró las categorías para elaborar este inventario de su obra inédita, la que trabajamos hasta un mes antes de su muerte.
Ya que el “archivo” estaba en su casa (en su escritorio), correspondía a su ámbito íntimo, muy pocos tenían acceso y conocían este valioso acervo documental, en constante producción y que es reflejo de más de 70 años de trabajo creativo, artístico y docente.
Era voluntad de Alberto Cruz que fuera conservado en su conjunto y el trabajo de inventario estaba orientado a ello. Así, sus hijos (Alberto, María Olga y Hernán Cruz Somavía) al momento de su muerte deciden hacerse cargo de él, creando una fundación para conservarlo, difundirlo y generar investigación en torno a esta obra inédita.
Un par de años más tarde, luego de sentar las bases y fundamentos de lo que sería la Fundación, esta queda constituida en junio de 2016 con la misión de posicionar el legado de Cruz dentro del patrimonio artístico cultural chileno y dar a conocer su importante aporte a la arquitectura, el arte y la educación en el país.
El 2017 fue el año del centenario del natalicio de Alberto Cruz y para conmemorar estos 100 años realizamos la exposición de su obra inédita “El cuerpo del arquitecto no es el de un solo hombre” en el MAVI. También lanzamos un libro bajo el mismo título. La exposición sirvió a su vez de hito fundacional. Con esto la fundación se “lanzó” a la vida pública. Antes, todo el trabajo había sido “puertas adentro”. Hasta hoy, hemos podido desarrollar nuestros proyectos gracias al permanente apoyo y el aporte de más de 20 amigos de la Fundación. Por otra parte, hemos buscado los recursos necesarios a través del financiamiento público.
NV: ¿Cuáles son las principales fuentes de documentación de la fundación?
SB: El archivo que custodia la Fundación está compuesto por un corpus que reúne un fondo documental con más de 2.200 cuadernos y carpetas, con escritos y dibujos referidos a la arquitectura, el urbanismo, el arte, entre otros; alrededor de 220 pinturas en distintos formatos, técnicas y soportes y aproximadamente mil documentos que corresponden a ensayos, manuscritos y correspondencia y 36 carpetas en gran formato que contienen estudios sobre arquitectura europea y latinoamericana.
Todo lo anterior recoge el quehacer de Alberto Cruz Covarrubias a lo largo de su vida y está compuesto por 5 series y cada una de ellas divididas en subseries, que aúnan temáticamente la obra inédita del arquitecto.
La serie Dibujos contiene 730 volúmenes y abarca los años de 1975 a 2010. Está dividida en cuatro subseries: ejercicios gráficos, palimpsestos, varios y formato grande. El corpus está compuesto por cuadernos dibujados en un gran porcentaje, pudiendo tener algunas “notas al margen”. La subserie formato grande consta de pinturas individuales, en distintos soportes y formatos, generalmente sobre papel.
La serie Escritos Continuos contiene 61 volúmenes y abarca desde 1978 a 2013. Se divide en tres subseries: cuadernos empastados, cuadernos de viaje y cuadernos archivados de docencia.Son cuadernos en su mayoría escritos y que tienen una determinada estructura, donde se desarrollan uno o más temas relacionados entre sí.
La serie Cuadernos contiene 1.524 volúmenes creados entre 1964 y 2007. Esta serie está compuesta por 6 subseries: diarios, docencia, Ciudad Abierta, divertimentos, observaciones y notas. Este acervo constituye el grueso de su obra inédita y en general son cuadernos/carpetas escritos y dibujados sobre papeles “reciclados”. Los cuadernos son manufacturados, con retazos de otros cuadernos, sobre, papeles de revista, folletos, entre otros. Cada uno es una unidad en sí misma, pero también son parte de un conjunto organizado de temas.
La serie Correspondencia contiene 956 documentos entre los años 1963 y 2010 y está dividida en 23 subseries, entre ellas documentos Escuela arquitectura, Ciudad Abierta, entrevistas, escritos sueltos Alberto Cruz, alumnos, homenajes, Claudio Girola. Esta serie está compuesta principalmente por documentos en relación a otras personas y/o instituciones, como cartas, entrevistas, artículos, ensayos, borradores, manuscritos, entre otros.
La serie Extractos Históricos contiene 36 volúmenes, todos realizados en la misma fecha, cercana al año 1970. Son carpetas en gran formato con citas textuales, notas, observaciones y dibujos de hitos históricos, monumentos y construcciones de América y Europa.
NV: ¿En qué consiste el proceso de digitalización en el que están trabajando?
SB: En alianza con el CeDoc (Centro de Documentación de las Artes Visuales) digitalizamos alrededor de 160 cuadernos/carpetas de la serie de cuadernos “Notas”, en el contexto del proyecto Archivo Digital del área de Investigación de CeDoc y que forma parte de las actividades de acceso público, puesta en valor y preservación de documentos relevantes para el estudio del arte chileno contemporáneo. Toda la documentación es almacenada, catalogada y valorizada por los profesionales del CeDoc a través de todas sus herramientas y recursos disponibles.
El criterio de selección que se utilizó para la digitalización se desarrolló a partir de: a) Antigüedad de los documentos; b) Pertinencia del documento en relación al Centro de Documentación de las Artes Visuales; c) Relación de los documentos con la biografía de Alberto Cruz C; d) Uniformidad de los documentos.
Estos criterios respondieron a las necesidades tanto del CeDoc como de la fundación, así como la urgencia material de los documentos. Por otra parte, la fundación está digitalizando la totalidad de los más de 900 documentos correspondientes a la serie “Correspondencia”.
Dentro de sus proyectos, la fundación tiene como prioridad llevar a cabo la digitalización y conservación preventiva de todo el acervo que resguarda, por medio del aporte de financiamiento público y privado. Se espera que en el mediano plazo todo el archivo pueda estar en línea para ser consultado desde nuestro sitio web y que las medidas de conservación tomadas permitan la investigación presencial en óptimas condiciones.
NV: ¿Cuáles son los planes de la fundación a futuro?
SB: Luego de tres años de existencia, la fundación está comenzando una etapa de crecimiento luego de un período en que lo importante fue dejar sentada una base y fundamentos sólidos para su permanencia en el tiempo.
En este sentido, materialmente, esperamos contar con una nueva sede en la que podamos reunir las instalaciones del archivo con la infraestructura necesaria para acoger a los investigadores interesados y conservar de manera óptima el acervo documental y artístico y por otra parte tener una sala de exposiciones, además de las dependencias administrativas.
En términos menos materiales, esperamos consolidar la investigación en torno a la obra y legado de Alberto Cruz Covarrubias y con ello posicionarlo en el escenario de nuestro patrimonio artístico-cultural.
En el futuro inmediato, estamos organizando una exposición de la obra inédita en la Galería Cecilia Brunson Projects, en Londres, Reino Unido, la que será inaugurada en junio de 2020 y estará abierta al público hasta agosto.
En un corto plazo, también lanzaremos el libro “Alberto Cruz. Proyecto, Obra y Ronda” que recoge las presentaciones que se llevaron a cabo en el seminario con el mismo nombre en enero de 2019. Diez presentaciones y documentos inéditos, además de imágenes, serán parte de esta publicación.
NV: ¿Cuál crees que es el legado de Alberto Cruz en Chile?
SB: Sin duda, una nueva forma de aprender y entender la arquitectura, que vas más allá de lo formal en el oficio y que se enriquece, por una parte gracias a una mirada multidisciplinar (artes visuales, poesía, ciencias) tan común hoy en día, pero que en la década de los 50 no era lo usual y por otra a la constante preocupación por el sentido y el destino del continente americano, cómo ser americanos y lo que ello implica para la visión arquitectónica.
Este “cruce” de manifestaciones artístico–culturales y esta profunda convicción del ser americano, para comprender la arquitectura, se puede apreciar claramente en su obra inédita, la que nos da muchas luces sobre su pensamiento y su concepto y metodología de la Observación, que es parte de este riquísimo legado. Observación que es una manera de pensar, enseñar, aprender y crear. Es más que un registro de lo que se está viendo, es una mirada interpretativa.
