Primera impresión. El sitio, ubicado en un callejón cerca de una de las calles principales de Ginza, estuvo abandonado por tres años antes de comenzar la construcción del proyecto. Con una forma en L, tiene una fachada que da hacia la calle de tan solo 2.7 metros, mientras que todas las otras se encuentran rodeadas de altos edificios. Esta ubicación particular y su forma estrecha sugieren la idea de ir de un callejón a otro callejón. Este sentimiento, así como la importancia de la luz cenital natural, son las dos ideas que desencadenaron el diseño de este proyecto.
Concepto. En las calles principales de Ginza hay innumerables callejones que difieren radicalmente de la idea que la gente suele tener de esta área, fachadas transparentes y diseños de moda, por el contrario, encontramos edificios sólidos y poco atractivos. Encontrándose el sitio en uno de esos, sentimos que, en medio de esta área repleta, sería necesario crear un edificio icónico que haga que la gente mire hacia arriba, como un campanario.
Diseño. Dado que tiene condiciones muy restrictivas, tratamos de maximizar al máximo el área y la altura. El edificio está dividido en dos volúmenes: uno grande en la parte posterior y otro más delgado en el frente que conecta con el callejón. En el medio de esos dos volúmenes hay una escalera compacta que los conecta orgánicamente, ya que cada uno difiere en altura. Sirve como el espacio central naturalmente iluminado donde se ven los diferentes ambientes y también, se puede utilizar como una sala de exposición de productos para cada uno de los arrendatarios o como un espacio de exposición debido a su singularidad.
Solución técnica. Debido a que es un terreno no muy resistente y de difícil acceso por su forma en L, desde las primeras etapas se descartó el uso de una estructura de acero, optando por una estructura de hormigón armado. Además, la base era limitada, por lo que el edificio debe ser lo más ligero posible. Esto se resuelve diseñando aberturas tan grandes como sea posible y equilibrando su posición para asegurar cargas iguales en el edificio. Estas grandes aberturas en el estrecho vestíbulo de entrada hacen aún más evidente la sensación de un espacio atrapado en un callejón. La escalera, hecha de acero y vidrio, actúa como una junta de expansión entre los dos volúmenes de concreto, lo que les permite trabajar estructuralmente de forma independiente.
El volumen frontal, debido a su proporción alta-delgada y al riesgo sísmico en Japón, se contrarresta con una losa reforzada de 1,2 metros. La delgadez se incrementa conscientemente al agregar una terraza en la azotea, cerrada por un muro perimetral de 2.4m, lo que resulta en una proporción muy inusual de 1:7.7.
Recorrido. Desde un callejón gris se entra a otro callejón donde lentamente se va siguiendo la luz a medida que se asciende, mirando el cielo a través del tragaluz hasta llegar a la cima donde no hay más edificios por encima de uno.
