Hace algunos días, una instalación de color rosa mexicano realizada por el arquitecto Rael San Fratello que tuvo lugar en el borde de Estados Unidos y México, se hizo viral en redes sociales por la fuerte carga política que llevaba al activarse mediante los cuerpos de los habitantes de los dos países que se reunieron para balancearse y romper simbólicamente con las barreras político-geográficas de una de las zonas más violentas del hemisferio.
De acuerdo con un artículo publicado por el Instituto Igarapé, las tasas de homicidios en la frontera entre Estados Unidos y México, muestran una realidad tan violentamente cruda que, la orden emitida a principios de su sexenio por el actual presidente estadounidense Donald Trump, de construir un muro entre los dos territorios, se vuelve desafortunada y hasta irrelevante ya que temas como el racismo y la xenofobia siguen más latentes que nunca. Un ejemplo de esto es el caso de uno de los tiroteos más grandes de la historia de EE.UU que se registró este fin de semana en el Walmart de El Paso, Texas en donde se registraron 22 muertos y al menos 26 personas heridas por un ciudadano estadounidense de 21 años.
Esta situación, ha sido discutida –y lo seguirá siendo– por distintos profesionales que buscan entender los límites de este territorio y sobre todo para protestar en contra de los sensibles discursos (y acciones) de odio que se han registrado históricamente a través de los años.
La frontera no necesita un nuevo muro para contener los carteles que están al borde de la extinción en el mundo criminal. La frontera requiere una estrategia cooperativa seria, basada en la corresponsabilidad de ambos países en el problema del crimen organizado transnacional, para proteger a las comunidades de Estados Unidos y México y reducir el número de víctimas de homicidio en ambos lados. Estados Unidos puede tener un papel positivo: construir un muro probablemente no debería ser parte de él.
- OpenDemocracy. Here’s What Violence Along the U.S.-Mexico Border Really Looks Like. July, 2017
El arquitecto Rael San Fratello, es uno de los profesionales que se ha dedicado a entender y experimentar con estos límites a través de propuestas que sugieren que los poco más de 1000 km de muro son una oportunidad para el desarrollo económico y social a lo largo de la frontera que fomenta su desmantelamiento conceptual y físico.
A través de un libro titulado Borderwall as Architecture, Rael propone que, a pesar del uso previsto del muro –que es mantener a las personas divididas y alejadas–, es un atractivo que involucra a ambas partes en un diálogo común. En el camino, los efectos transformadores del muro en las personas, los animales y el paisaje natural y construido se exponen e interrogan a través de la historia de personas que, a ambos lados de la frontera, transforman el muro, desafiando su existencia de manera notablemente creativa. Junto con estas cuentas de la vida real hay contrapropuestas para el muro, creadas por el estudio de Rael, que reinventan, hiperbolizan o cuestionan el muro y su construcción, costo, rendimiento y significado.
Para más información sobre el trabajo de Rael San Fratello visita su página oficial aquí.