La producción de alimentos depende directamente de las abejas, y su desaparición tendría efectos catastróficos en la humanidad. Textos alarmantes circulan por todo Internet sobre cómo estos pequeños insectos se están muriendo. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el 75% de los cultivos alimentarios del mundo dependen de las abejas. Por ejemplo, una fresa bien formada sólo es posible si docenas de abejas pasan la flor en el momento correcto y la polinizan. Sin ellos, se vería más como una pasa.
Hay mucha controversia en cuanto a las causas de la disminución. Los expertos culpan a los pesticidas, pero también a los parásitos, la pérdida de hábitat natural y el cambio climático. La agricultura industrial es identificada como una de las amenazas principales. La fumigación de herbicidas y pesticidas afecta el sistema nervioso central de las abejas, lo que resulta en parálisis y muerte. Los productos químicos utilizados en la agricultura han dado lugar a tasas bajas de reproducción de abejas y una mayor prevalencia de parásitos en las colonias. El monocultivo también destruye la diversidad de las fuentes de alimento para abejas, reduciendo drásticamente los recursos disponibles para la recolección de polen.
Una de las principales formas de ayudar a salvar abejas es elegir alimentos que hayan sido cultivados de una manera más ecológica. Cualquier progreso en la transformación del actual sistema de agricultura destructiva hacia un sistema de agricultura ecológica tendrá muchos beneficios asociados con el medio ambiente y la seguridad alimentaria humana.
Pero las ciudades pueden jugar un papel aún más importante. Una encuesta publicada en 2018 por la Royal Society B reveló que las abejas que viven en áreas urbanas tienen una vida más saludable que sus contrapartes en hábitats rurales. Sus colonias son más grandes, están mejor alimentadas y son menos propensas a las enfermedades. Los asentamientos urbanos también sobreviven más tiempo que sus primos del país.
El estudio señala que las flores de jardín urbano ofrecen una dieta variada y constante para las abejas y que posiblemente el uso de menos pesticidas puede ser la causa de que las abejas prosperen en la ciudad. Se ha encontrado que las huertas urbanas son lugares particularmente buenos para los polinizadores porque proporcionan una mezcla de flores de frutas y vegetales, junto con los rincones de malezas y plantas nativas. Otra investigación, publicada en la revista Nature Ecology and Evolution, afirma que las huertas urbanas y los jardines a menudo tienen 10 veces más abejas que parques, cementerios y áreas de conservación de la naturaleza. Los investigadores también encontraron que los jardines en los vecindarios más ricos albergaban más polinizadores, gracias a más flores y una variedad más rica de plantas.
Según el informe, la mejor estrategia es aumentar el número de jardines urbanos. Plantar las flores favoritas de las abejas también ayuda, al igual que cortar el césped en los parques públicos con menos frecuencia, lo que les permite florecer. Las casas de abejas proporcionan una estructura más natural para las abejas y también permiten un poco de ayuda humana cuando sea necesario.
Alojar cajas de abejas en jardines también puede ser extremadamente beneficioso (además de convertirse en un suministro casi ilimitado de miel). Por supuesto, es importante tener cuidado y elegir los lugares y las especies adecuados para esto. Quizás las colonias más famosas son las abejas de la catedral de Notre Dame, que sobrevivieron milagrosamente al fuego. Pero hay empresas que han abrazado la causa. Studio Gang, por ejemplo, instaló cajas de abejas en su oficina de Chicago, y Cookfox tiene cajas en su oficina de Nueva York. Para tener una idea, hay abejas que recorren un radio de hasta 2 km alrededor de sus cajas, polinizando y esparciendo vitalidad en su camino. Y también hay iniciativas urbanas. Londres plantó un corredor de abejas de 7 millas y Utrecht desarrolló paradas de autobuses amigables con las abejas para aumentar la población de estos bienvenidos insectos .
Es importante mencionar que cuando hablamos de abejas, hay una gran variedad de especies. Las abejas nativas (a menudo sin aguijón), son los que deberíamos preocuparnos más por preservar, ya que polinizan su entorno aún más. Es posible desarrollar pequeñas estructuras para recibir abejas nativas. Estas proporcionan un hábitat vital de anidación, que consiste en una estructura de pajarera que contiene una serie de tubos expuestos en los que las abejas pueden poner sus huevos. Las abejas que anidan buscan desesperadamente los sitios apropiados para anidar, a veces incluso anidan en las extremidades de boquillas de mangueras de jardín antiguas, aberturas en muebles de jardín de metal o los extremos huecos de las campanas de viento. IKEA ha lanzado la iniciativa Wildhouse for Wildlife, con casas de insectos y pequeños animales hechos de residuos.
Entender cómo funcionan las colmenas y los beneficios que brindan las abejas es inspirador y emocionante. Lo mejor que podemos hacer es comenzar localmente, en nuestros propios patios o vecindarios. Hacer los jardines lo más amigables posible es tan fácil como agregar cosas como flores silvestres nativas y sitios de anidación de abejas nativas. Y si nuestra búsqueda es un mundo mejor para la humanidad en los próximos años, la permanencia de las abejas es un factor muy importante en eso. ¡Esto es algo que las ciudades pueden contribuir, y mucho!
