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Arquitectos: Gubbins Arquitectos
- Área: 10660 m²
- Año: 2017
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Fotografías:Aryeh Kornfeld
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Proveedores: Dialum, Acor, AutoDesk, CHC, Duomo, GLASSTECH, Imperial, MDF, MIRAGE, Melón Hormigones, PERI, Readymix, Roca
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El encargo mediante concurso privado, consistió en la materialización de un edificio de oficinas para la sede del Colegio de Ingenieros de Chile.
Si se tuviera que definir una “imagen de lugar” para un colegio profesional, hemos pensado en un patio, en una plaza, en definitiva un lugar de encuentro entre profesionales con la misma vocación, un lugar donde compartir, enseñar y escucharse.
Sin embargo, dadas las condiciones del terreno (rectangular) y la normativa de este sector, era muy difícil obtener un lugar “adecuado”, un lugar que tuviera importancia como vacío principal del proyecto. La rasante de 70º obliga a situar el edificio en el centro del terreno, imposibilitando que exista un lado más ancho y más protagónico que el otro.
Es por ello que como primera estrategia, el edificio se inclina con el fin de poder dar mayor ancho hacia el norte, generando el lugar deseado, sirviendo como patio de acceso al edificio en el primer piso, dando a su vez calidad al ingreso y un patio que reúne todo el programa común en el nivel -1, en definitiva el patio de honor.
El patio de honor recibe de manera natural el programa que se desarrolla en el interior, y al sumar los dos auditorios que se enfrentan entre sí, crea un nuevo lugar de mayores dimensiones que conecta interior-exterior-interior.
El terreno además posee una cualidad particular, que es estar situado entre dos calles, la Avenida santa María al costado norte del río Mapocho y la calle Materola. El lugar creado (patio de acceso) funciona entonces como conexión entre las dos calles, permitiendo el paso libre de las personas, ya sea para poder acceder por la avenida y la calle o sencillamente atravesarlo a la manera de un pasaje peatonal, entregando parte de la propiedad como aporte urbano.
Finalmente, la acción de inclinar el edificio, no posibilita solamente la creación de este lugar de encuentro, sino que ofrece una imagen, que podría interpretarse como la “pericia” del ingeniero frente a la fuerza de gravedad y la condición sísmica de nuestro país.
La expresión principal del proyecto responde a entregar un volumen macizo y sólido y cuya proporción ofrece mayor esbeltez al conjunto. Por ambas fachadas se descuelgan los volúmenes secundarios de vidrio “vestidos” con celosías verticales de vidrio serigrafiado, colaborando con el control solar del nor-oriente y el sur-poniente.