Durante el período moderno, los edificios que utilizaban los tradicionales techos inclinados con tejas, escurriendo las aguas lo más rápido posible, comenzaron a dar paso a los conocidos 'techos planos impermeabilizados'. A pesar de entregar una estética limpia al proyecto, permitiendo el uso de la última losa como un espacio de estar y contemplación, esta solución puede convertirse en un dolor de cabeza para sus ocupantes si es que su ejecución y diseño no son cuidadosos. No es casualidad que hayan existido infiltraciones en famosos edificios modernos, como en la Vile Savoye o en la Casa Farnsworth, diseñadas por grandes maestros de la arquitectura. Actualmente, la industria de la construcción civil ha desarrollado productos y técnicas más sofisticadas que reducen drásticamente las posibilidades de infiltraciones posteriores. Sin embargo, se podría decir que losas planas impermeabilizadas continúan siendo puntos frágiles en las edificaciones. Los arquitectos de Brasil Arquitetura han perfeccionado un método innovador y muy simple para evitar infiltraciones en losas planas, muy utilizado en la década de 1970 por arquitectos como Paulo Mendes da Rocha y Ruy Ohtake, incluyendo vegetación.
Durante la etapa de hormigonado, el tradicional proceso de curar el concreto con agua es extendido, y en este caso se deja el agua eternamente allí. El agua es la propia impermeabilización, saturando el concreto que no se desborda más. Esto se debe a que, al llenar la losa constantemente de agua, se disminuyen las variaciones de temperatura en la pieza estructural, que son las que normalmente causan la mayoría de las fisuras que pueden transformarse en infiltraciones difíciles de controlar. Es decir, la losa no adquiere los puntos de capilaridad que llevarían a la permeabilidad. Ella trabaja como un espejo de agua, sobre la cual se suman capas que sostienen la hierba y la siembra de la huerta. El nivel constante del agua es controlado por una válvula simple, ubicada en un extremo de la cubierta.
Según Cícero Ferraz Cruz, arquitecto en Brasil Arquitetura, "es un sistema muy simple y barato. Regula, impermeabiliza, entrega protección mecánica y posee un bajísimo mantenimiento. No requiere de inclinación, pues el agua extra sale por extravasación y no por desagüe, y no entrega una carga adicional en la estructura. Además, garantiza el confort térmico. Todo lo que sucede está al alcance de los ojos, no es como en el sistema convencional en que se haya una fuga debajo de la losa, el punto de infiltración puede estar a muchos metros de distancia".
La solución puede ser utilizada en cualquier tipo de losa que se utilice como única cobertura, donde no habrán tejados posteriormente. También requiere el uso de un murete, parapeto o cualquier otro elemento que sirva de borde para el agua.
Durante la ejecución se deben tomar las precauciones básicas de toda la losa. Durante su vida útil es importante mantener el nivel del agua constante a través de válvulas y desagües, y evitar la aparición y propagación de mosquitos a través de la incorporación de peces o cloración, o cubriendo el sistema con tierra para el crecimiento de un jardín.
