- Área: 300 m²
- Año: 2015
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Fotografías:Federico Cairoli
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La vivienda se encuentra a las afueras de Asunción, en un Barrio Cerrado dentro de un Country Club en la Ciudad de Lambaré. Al momento del encargo, la oficina tenía una experiencia constructiva muy fuerte en reformas de construcciones viejas con un grado importante de deterioro (rehabilitación y reciclaje), por lo que el desafío profesional de este proyecto consistía en: “Proyectar una casa DE CERO en un lote vacío de 16x50 metros, en un contexto ideal, seguro, bien orientado, con vegetación abundante y mucha sombra”.
El propietario solicitó una casa particular, que se destaque de entre las majestuosas casas vecinas, no por la cantidad de m2 ni por su ostentosidad, sino por su diseño sin que eso signifique incurrir en costos exagerados de obra. La lógica proyectual fue: diseñar un elemento que se posicione como objeto único sobre el paisaje, manteniendo medidas justas y funcionales, en contraposición a algunas de las viviendas sobredimensionadas del lugar.
En base a la orientación y apropiándonos de la tipología casi arquetípica de la Culata Jovái (tipología de vivienda rural tradicional de toda la región litoral) se disponen dos bloques cerrados enfrentados con las áreas íntimas y de servicio, “separados / unidos” por un bloque central que es un espacio pasante donde se ubican las áreas sociales. Sobre el espacio central pasante, se sobre-eleva la losa de techo 40 cm. a modo de captar luz cenital indirecta por los laterales. Sobre todo el techo, una gran terraza a la altura de la copa de los árboles. A todos los lados de la casa proyectamos sombras (pérgolas de hormigón armado).
Como la ejecución de la obra no estuvo a cargo de nuestra oficina, la constructividad y la representación del proyecto fueron pensadas como un “a prueba de dudas y errores”, con tecnología tradicional, materiales y técnicas constructivas simples que la mano de obra local conoce: Pilares, vigas y losas de concreto armado aparente, cerramientos de ladrillos cerámicos (una cara a la vista y una cara revocada donde las instalaciones van embutidas en muros). Tratando siempre de evitar acciones innecesarias, donde cada proceso es un proceso terminado en sí mismo. Construir lo esencialmente necesario.
Cabe destacar que la empresa constructora siguiendo al pie de la letra el proyecto y con el acompañamiento de obra de nuestra oficina logró un resultado impecable para un medio en el cual el trabajo del arquitecto no suele ser muy valorado y con tal de “no pensar o no preguntar” se hace caso omiso a todo aquello que va más allá de lo común. Las terminaciones de aberturas, pisos, revestimientos de baños y cocinas fueron seleccionadas con el propietario, y fue aquí donde sí nos permitimos el lujo de “gastar”.