El renacimiento de Medellín es un cuento de arquitectura. Después de décadas de violencia mundana, la ciudad hoy en día no solo es (comparativamente) pacífica, sino que un centro arquitectónico de clase mundial. De hecho, muchos citan el desarrollo urbano de la ciudad como un factor en su renacimiento. Incluso, el éxito de Medellín a veces eclipsa al de la ciudad vecina (y capital), Bogotá.
Con un legado arquitectónico igualmente sólido, la escena arquitectónica de Bogotá hoy en día está dominada por firmas locales que invierten en reinventar la experiencia cívica de la capital. Uno de los proyectos más notables, y controvertidos, ha sido el parque central Bicentenario dirigido por el Equipo Mazzanti, que combina astutamente el espacio público y la infraestructura para crear un sitio moderno que se basa en el legado del país.
Sin embargo, a pesar de todas las buenas intenciones, no fue fácil construir el parque. Lanzado oficialmente en 2011 tras un proceso de licitación pública, los diseños se estancaron durante años debido a luchas por el patrimonio y los costos de construcción. Los conservacionistas estaban preocupados de que el desarrollo masivo podría dañar el legado del arquitecto modernista Rogelio Salmona; los lugareños se opusieron a la financiación requerida y la interrupción pública que resultaría.
El éxito del parque hoy, tanto en lo arquitectónico como en lo público, es una inspiración para nuevos desarrollos en la capital.
Lee la historia completa del parque en Metropolis Magazine.
