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Arquitectos: MD27
- Área: 300 m²
- Año: 2018
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Fotografías:Renzo Rebagliati
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Proveedores: Equipotecnia, GRAMAR, High Light, Hilite, PUNA, Vainsa.
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La fachada austera y sencilla evoca el significado del nombre del restaurante Statera: “equilibrio / balance”. El proyecto se emplaza en la calle La Mar, considerada uno de los corredores gastronómicos más importantes de Lima. Tras la aridez escultórica de la fachada se plantea en el interior un oasis urbano que representa el concepto gastronómico del restaurante, el cual busca reflejar “el balance que encontramos en la naturaleza a través de un equilibrio perfecto de contrastes”, como ocurre en el caso de un Oasis: “vegetación en un medio árido”
El equilibrio arquitectónico de este pequeño proyecto desarrollado en dos niveles y que cuenta con 300M2 se logra llevando la capacidad estructural al límite y generando una experiencia en donde lo artificial (arquitectura) y lo natural (vegetación) están en constante interacción, convirtiendo a la arquitectura en el catalizador perfecto de la experiencia gastronómica que se vive en este Oasis escondido en medio de la urbe.
En la parte superior del proyecto se plantea el Huerto, el cual se considera el punto de partida de esta experiencia. Los insumos y especies para la cocina se convierten en la cobertura vegetal que, junto a la humedad de Lima, crean un ecosistema, el cual se convierte en parte importante de la composición arquitectónica del proyecto.
La extensión del huerto, e interacción con el espacio interior, se logra a través de un juego de Vigas Jardineras que flotan sobre el comedor central, permitiendo una conexión constante del usuario con la fuente de origen de los insumos (huerto) a ser consumidos. El diseño de estas robustas vigas van más allá de la estética. Al convertirse en grandes contenedores de metros cúbicos de tierra, permiten cumplir una función acústica importante, a la vez que se convierten en un gran pulmón vegetal.
La iluminación Natural cumple un rol importante en la composición del espacio interior, a la vez que permite bañar de luz la vegetación insertada en el proyecto. Trabajada a través de teatinas diagonales, la luz es introducida y direccionada creando un juego de contrastes de brillo y sombra. El efecto teatral de iluminación del espacio interior se consigue a través de la combinación del movimiento del sol a lo largo del día en contraste con las jardineras que tamizan y orientan dicho ingreso de luz cenital.
Considerada como el espacio de mayor importancia en el proyecto, la cocina se plantea completamente abierta. Abarcando casi todo el largo del espacio del comedor principal, invita al comensal a ser partícipe del proceso de elaboración de todos los platos que en ella se crean. El volumen rectangular de casi 9 metros de largo es recubierto con un mármol verde, que evoca la acción de las raíces cuando crecen alrededor de una piedra en la naturaleza.
En la parte posterior del proyecto se plantea un patio interior abierto, como remate visual del salón principal. Compuesto a través de un único árbol y un muro, el espacio permite ser la transición perfecta hacia la zona de servicio.