El zinc es un elemento natural extraído del mineral. Es la sigla ZN de la temida Tabla Periódica, esa que tanto nos atormentaba en las clases de química. A través de un proceso metalúrgico que incluye la quema de sus impurezas, la reducción del óxido, y su refinamiento, el material asume una apariencia mucho más amigable, conformando los paneles y placas que utilizamos actualmente en la construcción civil. La principal característica de este material es su maleabilidad, la cual permite que sea trabajado fácilmente, permitiendo revestir complejas formas en fachadas y cubiertas.
Otra cualidad interesante del zinc es ser naturalmente resistente a la corrosión. Entre 6 meses y 2 años después de la instalación, dependiendo del clima, de la exposición del edificio y del nivel de agresividad de la atmósfera, desarrolla una capa natural llamada pátina (con un tono gris claro), que le confiere una enorme longevidad, de hasta 120 años dependiendo de los mismos factores arriba. Lo interesante es que, además del largo ciclo de vida, el zinc no necesita ningún mantenimiento especial. En efecto, permanece desarrollando una capa protectora a lo largo de su vida, lo que permite corregir eventuales imperfecciones o riesgos. Otra cualidad interesante es que el 100% de los productos en zinc laminado o trabajado son reciclables al final de su ciclo de vida, y su fabricación consume poca energía en comparación con otros metales utilizados en la construcción de edificios.
Revisa, a continuación, algunos proyectos que utilizan el Zinc en sus fachadas y cubiertas y observe todas las posibilidades del material: