A partir de una intervención escultórica, la artista premiada nacionalmente Romina Castiñeira reinventa el patio de esculturas del Museo Caraffa en Córdoba, Argentina, proponiendo una nueva experiencia sensorial que aborda la condición espacial del adentro y del afuera.
La instalación se proyecta en el marco del Premio Escultura Olmos-CIMCC. Fue pensada ya con la implantación del museo definida, lo que implicaba actuar en un espacio público donde la obra se dispone como escenografía urbana que busca ser vivida por las personas que habitan y recorren el sector.
¿Dónde está el espacio vacío en las esculturas?
Como señala la autora, "así como El beso de Rodin está rodeado de espacio vacío, el cubo de acrílico de Margarita Paksa contiene espacio vacío y también esta rodeado por él. A estos dos tipos de esculturas las pienso como sistemas cerrados, como una piedra o una mesa, que no intercambian materia ni energía con el exterior. Sin embargo, una construcción cúbica de Sol Lewitt puede ser un sistema abierto, una obra con tratamiento endo-exotópico simultáneamente. Es decir, el espacio vacío existe entremedio y como una llama de fuego intercambia materia y energía con el exterior. En un sistema abierto las estructuras se mantienen mientras los constituyentes cambian."
El Museo Caraffa conforma un nodo cultural de la Ciudad de Córdoba, junto a otros museos que lo rodean, y a su vez se sitúa sobre el parque urbano más grande de la ciudad, el parque Sarmiento. La obra logra combinar la escultura con lo público generando un sitio de encuentro que logra potenciar el carácter vivencial del arte.
"Zona virtual es una forma inconclusa de líneas en el paisaje que puede atravesarse, exacerbando la condición espacial del adentro y del afuera para que las personas tengan una experiencia de pasaje. La obra procura generar una condición de cobijo, de límite, de instancia intermedia entre interior y exterior, de habitabilidad."
