Descripción enviada por el equipo del proyecto. Dos elementos dejan huella en el paisaje.
Uno, el techo curvo que da refugio al hombre.
La otra, la cruz de cristo que combina con el paisaje. Esta delicada relación crea un espacio dentro del paisaje de la orilla del lago, un vacío que delinea el pequeño templo.
La sucesión fluida de espacios que sugieren el programa litúrgico de la capilla: el atrio, el baptisterio, la nave inclinada, el altar y los ábsides que se funden en el lago, se configuran entre el refugio y la cruz.
¡El espacio de la capilla y el espacio de la naturaleza! Y este lugar, definido por los dos elementos del diseño de la pequeña iglesia, está integrado en el paisaje natural sin límites ni cercos.
La arquitectura casi inmaterial de este pequeño templo logra un carácter trascendental y atemporal, que transmite la meditación sobre la plenitud de Dios y sobre la plenitud de la Naturaleza.
La pequeña capilla adquiere la magnitud de una catedral cuando está definida por las montañas que rodean el valle. Los árboles se convierten en elementos iconográficos que pertenecen al templo.
Los pájaros son los protagonistas del espectáculo de la naturaleza, siempre renovado y cambiante.
Así, el espacio de adoración abarca el universo. La esencialidad de la arquitectura de esta capilla inculca en nuestras mentes, durante los momentos de fructificación y meditación, la verdadera dimensión de los hombres en la tierra.