A once años de su inauguración, el Ayuntamiento de Madrid anunció un proceso de reforma y mejora del monumento a las víctimas del atentado del 11-M en la estación de Atocha de Madrid (España), según reporta el periódico español El País.
Diseñado por Estudio SIC, el monumento a las víctimas del 11-M fue inaugurado en 2007, tres años después de los ataques perpetrados por una célula terrorista el 11 de marzo de 2004. El atentado consistió en la explosión simultánea de 10 bombas en cuatro trenes del servicio de Cercanías, costando la vida de 193 personas y dejando más de 2.000 heridos, convirtiéndose así en el peor atentado terrorista en la historia de España.
Tal y como explicaron los propios arquitectos en su momento, la membrana exterior está formada por 15.000 piezas de vidrio macizo conectadas por adhesivo transparente. A su vez, la capa interior está formada por una membrana presurizada de ETFE. Sin embargo, en los últimos años el monumento ha sufrido graves deterioros: según reporta el mismo medio, en noviembre de 2015 la membrana interior transparente con los mensajes a las víctimas quedó tirada en el suelo por problemas en el sistema de presurización. Además, el pasado mes de febrero las lluvias dejaron el monumento con goteras.
Con una aportación económica de unos 350.000 euros, el Ayuntamiento de Madrid iniciará en enero de 2019 las tareas de recuperación a través de un proyecto que prevé cambios en el diseño y la iluminación. En el interior se instalará una nueva membrana que conservará los mensajes de condolencia, pero no será cilíndrica como la actual, sino de cono doble. El nuevo material, más resistente, ha sido seleccionado tras varias pruebas para evitar que se repita un deterioro como el actual. Además, no será necesario que los ventiladores la sostengan día y noche, ya que será autoportante, permitiendo un importante ahorro energético.
En cuanto al exterior, será arreglada la estructura externa, en la que se han detectado goteras. Por otro lado, con la noticia de la futura remodelación de la estación que llevará a cabo el arquitecto Rafael Moneo, las asociaciones de las víctimas esperan que se creen zonas verdes y se hagan cambios en la vía pública, donde emerge la estructura de vidrio 11 metros de altura.
Vía El País.