- Área: 430 m²
- Año: 2017
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Fotografías:Fernando Alda
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Proveedores: Abanico, High Light, Muebles Guachi, Paneles Solares, Vidrios
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El Cine Magaly, construido en 1978 es el único cine de esa época que sobrevive en Costa Rica. Al insistir en una programación de cine de alta calidad ha mantenido una clientela fiel y exigente. Es el Cine Magaly un cine icónico en Cosa Rica.
El proyecto nace de una necesidad de tener una segunda sala para poder mantener películas más tiempo en cartelera. Se planteó una encuesta en redes sociales sobre la posibilidad de dividir la sala existente en dos y crear esa segunda sala. La encuesta arrojo como resultado un rotundo “No, no me toquen la sala principal”.
Estudiando el proyecto existente se llegó a a la conclusión de que la única opción para ubicar la nueva sale sería sobre el lobby. Esto implicaba una remodelación total del lobby y un gran reto estructural.
Desde un principio de la etapa de diseño fue claro que que habían dos criterios en cuanto a la imagen que debería tener el proyecto. Uno que abogaba por mantener la imagen elegante un poco retro que tenía desde que se construyó y otra que pensaba que debería tener una imagen más renovada, mirando hacia el futuro. Nuestro criterio, tratando de conciliar ambas posiciones, fue el de diseñar la sección del lobby inmediata al acceso como un recuerdo del pasado reproduciendo los arcos y espejos existentes y colocando ahí los emblemáticos chandeliers que son una especie de símbolo del Magaly. Esta sección del loby mantiene la altura y escala original y sirve de preámbulo al espacio de triple altura que se diseñó en el resto de del espacio.
La forma quasi triangular de la planta que podíamos utilizar para el proyecto determinó la ubicación de los diferentes componentes del diseño. En su parte más ancha dando a la calle la nueva sala, bautizada como La Salita por su aforo limitado a 72 personas, y en el extremo opuesto una confitería, los servicios sanitario y el elevador. Uniendo ambas partes un puente que atraviesa el espacio de triple altura. Las gradas que suben al puente se ubicaron sobre las existentes que bajan al sótano donde se ubican los servicios sanitarios.
Estructura. El montar La Salita y sus áreas de circulación sobre una estructura construida hacía casi 40 años y no diseñada para una carga extra fue todo un reto. Se reforzaron los muros laterales puntualmente y el puente se colgó de la nueva cubierta para unir los dos extremos del proyecto.
Arquitectónicamente se pensó el proyecto como una “caja de luz.” El lobby de triple altura lo atraviesa diagonalmente dicho puente de color negro con una línea de luz en su parte inferior que va en sentido contrario a otra línea de luz en el cielorraso. Las paredes son blancas con (otra vez) líneas verticales de luz.
El piso de lobby es brillante y funciona como un espejo reflejando el interior y duplicando este juego de luces.
La paleta de colores se mantuvo en negro, blanco y el el azul usado en el proyecto original.
La Salita, tiene una forma irregular, con la pantalla en la parte más ancha la cual da a la calle principal. Se le accede por el pórtico negro de un antevestíbulo amarillo ubicado debajo de las graderías y al final de puente negro. Su interior se angosta junto con las graderías conforme se elevan y se alejan de la pantalla. El proyector se esconde en un sacado angular y excéntrico de un volumen que baja en la parte alta de la sala y hace eco del haz de luz que sale de su interior. En su totalidad de color negro, cuenta con luces tenues lineales en la junta del cielo y la pared derecha y también en una línea de luz a un metro del piso que baja con la gradería del lado derecho y súbitamente sube para indicar la salida de emergencia. Estas luces hacen eco de las luces originales y existentes de la sala grande.