- Área: 110 m²
- Año: 2017
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Fotografías:Javier Agustín Rojas
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Proveedores: Carpinteria Becerro, Carpinteria Levar, Diosma, Fersar, Microfloor
Contexto
El proyecto se localiza en el Barrio de Palermo Viejo en Buenos Aires. Este sector de la ciudad ha sufrido en las últimas décadas un proceso de gentrificación e intensa transformación en sus usos, cambiando su carácter residencial a un polo de uso comercial y cultural, manteniendo relativamente su escala de baja densidad. Este cambio, ligado a una ocupación especifica en torno al diseño, el arte y la gastronomía alteró las formas de ocupación del espacio público, convirtiendo al barrio en un atractor turístico, centro cosmopolita de la ciudad.
La actividad comercial intensificó la ocupación del perímetro de la manzana volcando los usos terciarios hacia la calle, excluyendo el uso residencial hacia el interior de la manzana o por encima de las plantas bajas.En este contexto el encargo para rehabilitar una vivienda en PH se presenta como la oportunidad de explorar cómo habitar en el centro de la manzana, alejado de las relaciones con la calle y en contacto con otro paisaje, dominado por el cielo.
Diez ventanas / Una Casa
La propiedad había acumulado múltiples transformaciones a lo largo del tiempo, dejando pocas huellas de la construcción original. Nuestro trabajo no se trató de ampliar la superficie sino de despejar y redefinir las conexiones entre los espacios existentes a través de la incorporación de una nueva escalera que funciona también como un dispositivo para captar luz y enmarcar el paisaje.
La casa se organiza en 3 niveles, incorporando espacios exteriores de distintas escalas, en planta baja el patio de acceso que funciona como expansión del estar, en primer piso una terraza intima en relación al dormitorio, y en el 2do piso, la terraza de mayor extensión que funciona como un estar al aire libre con el paisaje urbano de fondo.
El nuevo volumen de la escalera se apoya sobre una medianera vecina de gran altura, recortando su impacto hacia el patio, definiendo la nueva envolvente de la casa.
La envolvente nos permite repensar la dialéctica entre vista y fachada, organizando una serie de vanos (10) que resuelven en cada caso problemas de iluminación, ventilación y conexión física o visual entre interior-exterior. A pesar de la reducida superficie, la disposición de los vanos permite tener perspectivas profundas y recuperar una percepción enmarcada del exterior desde todos los espacios.
Se trabajó con una paleta muy reducida de materiales priorizando la continuidad de los paramentos blancos para multiplicar el efecto de reflexión de la luz natural. Los pisos de madera originales (pinotea), fueron recuperados y en parte reutilizados para la construcción de cerramientos móviles.