'We Are an Event' es un personaje de ficción nacido de la colaboración de Quentin Laurens-Berge y Lambert Moiroux, ambos de nacionalidad francesa. La verdadera identidad moral y visual de este proyecto fue creada para atender cuestionamientos de la ciudad en donde radica. Este personaje es una esfera de intercambio y una herramienta de distancia del trabajo producido. El trabajo de Quentin y Lambert cuestiona los modos de producir arquitectura dentro de la disciplina y describen sus proyectos como una oscilación entre lo porno-chic y la lucha de clases ya que la estética de su representación permite profundizar en temas como la Bienal Internacional de Design en Saint-Étienne.
Actualmente, 'We Are an Event' se localiza en la tentacular –como deciden llamarla– Ciudad de México en donde continúan su práctica con un enfoque social, moral y cultural que atienda las necesidades urbanas y espaciales. Enfrentado a un nuevo territorio, su voluntad es profundizar la práctica de una disciplina arquitectónica distinta: el performance de arquitectura en tiempo real.
Nuestra práctica parte de caminar en la calle para identificar los elementos típicos, nos interesa pensar el futuro apoyándonos en los elementos pequeños que conforman la urbanidad de la ciudad, es decir, el paisaje olvidado y cotidiano de México.
El trabajo de We Are an Event se basa en el performance «100ficciones» que consistió en reapropiarse de una mesa ambulante y dibujar durante 4 horas, después de esto identificaron 5 categorías abren paso a retos urbanos. Las categorías van de tanques elevados propuestos como viviendas temporales, los elementos que prohiben el estacionamiento en las calles, el enrejado de los árboles en las calles, los puestos ambulantes hasta las vírgenes que son típicas en el espacio público de México. Todo esto con el fin de crear un alfabeto arquitectónico único que refleje la organización urbana de México partiendo de pequeños elementos que permitan pensar el futuro de la ciudad a escalas en donde todos podemos participar para incrementar el uso del espacio público identificando elementos base que se pueden combinar con otros para formar elementos más complejos.
Son estos elementos ordinarios, a menudo triviales, los que conforman los paisajes de la ciudad de México que conforman, sin una estética a priori, lógicas espaciales que constituyen energías latentes de un proyecto que se enfoca a pensar de nuevo la ciudad de México como utopía urbana. A través de ficciones arquitectónicas, buscamos construir una urbanización futura basada en la invención de un alfabeto arquitectónico que fabrica un lenguaje de ciudad único. Eludiendo las herramientas del arquitecto, este proyecto intenta agudizar la consciencia de los mexicanos a través el carácter presente y futuro de la urbanización.
Estos elementos van desde el afilador de cuchillos en bicicleta, la chimenea del vendedor de camotes, el bolero de zapatos, las múltiples variaciones de tanques elevados, los gritos de los vendedores de gas y merengues, los micro jardines públicos protegidos por alambre de púas y, en términos más generales todas las microarquitecturas precarias que están inteligentemente pensadas, nómadas o sedentarias, conforman la urbanización de México.
Nosotros dibujamos siempre sobre una base milimétrica que para nosotros es el reflejo de la ciudad, creemos que es necesario tener estas bases para empezar a trabajar. Queremos explorar lo que se hace en la profesión a esta escala, ya que nos permite explorar y extender la práctica, nuestra forma de representar nos ayuda a entender nuestros proyectos de distintas formas posibles que nos permitan comunicar lo que nosotros entendemos como ficciones y performance.
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