El Pabellón París es un edificio ubicado en la comuna de Estación Central (Santiago, Chile) que representó a Chile en la Exposición Universal de París en 1889, con motivo del centenario de la Revolución Francesa. El pabellón se convirtió en una inédita oportunidad de demostrarle al mundo las capacidades chilenas intelectuales, artísticas y de desarrollo del país, a solo 70 años de su independencia del Imperio Español. Al constituirse en "valioso exponente de la arquitectura metálica" en Chile, el Pabellón París fue declarado Monumento Histórico Nacional en 1986.
En 1887, durante el gobierno del recién asumido José Manuel Balmaceda (1886-1891), Chile fue invitado a participar en la Exposición Universal de París. Su ministro de Industria y Obras Públicas, Pedro Montt, designó una comisión exclusivamente dedicada al pabellón, mientras el ministro plenipotenciario de Chile en Francia, Carlos Antúnez, se encargó de resolver en terreno todos los detalles de la participación chilena.
Según explica Mariana Milos Montes, magíster en Teoría e Historia del arte y autora de "La construcción de la identidad chilena a partir de la Exposición Universal de París de 1889", Francia pidió a los países americanos que construyeran "pabellones representativos de su arquitectura tradicional, en general refiriéndose a los elementos propios de la arquitectura precolombina". Al respecto, Antúnez escribía en una carta a Montt:
No somos ni México ni Perú, con patrimonio azteca o incaico, fuentes de posible inspiración, ni es tampoco reproducible, en 500 metros cuadrados una casa solariega de tres patios, con el central convertido en jardín, que tanto impresionan al extranjero. No queda, por consiguiente otro recurso, a mi juicio, que construir un elegante pabellón
Así la comisión decidió encargar un proyecto desmontable para que fuera la imagen de Chile al mundo exterior, y de paso, no perder la inversión como el resto de los participantes americanos. Antúnez convocó a un concurso, donde resultó ganador el arquitecto francés Pierre-Henry Picq (1833-1911), quien llegó a ser arquitecto de la ciudad de París y miembro de la Sociedad Imperial y Central de Arquitectos.
Si bien el concurso exigía que se tratara de un diseño inédito, Milos Montes rescata que el resultado fue "un poco irónico al tratarse de un edificio de estilo totalmente francés y que tiene muy pocas características particularmente chilenas". Sobre la preferencia local en un diseño afrancesado, la docente universitaria de historia del arte y gestora cultural agrega:
Desde que Chile deja de ser colonia española, a inicios del siglo XIX, comienza a intentar despojarse de su marcada herencia hispana y a buscar nuevos modelos o referentes en los cuales basar sus directrices. En esa trayectoria, que va de la mano con el nacionalismo y la construcción de identidad, no exenta de contradicciones, el Estado-nación considerará progresivamente como modelo a Francia, país que desde su capital, París, lideraba sin duda la escena cultural y artística a nivel mundial
El Pabellón París marca un momento de transición entre el pasado y la modernidad, manteniendo normas neoclásicas e incorporando elementos constructivo de la época como el Art nouveau. Se destaca por un sistema de estructura de hierro de dos pisos y una cobertura de placas de vidrio que incorpora vitrales en una base cuadrada de 10 metros de lado. El espacio central es de doble altura y en el segundo piso se dispuso una galería perimetral, trabajando la luz natural, a través de un techo transparente conformado por 5 cúpulas vidriadas. Incorporó las nuevas tecnologías de la revolución industrial al trabajar con elementos prefabricados.
Una vez finalizada la exposición, el pabellón fue desmontado y todo el material trasladado en dos viajes en barco a Chile, llegando al puerto de Valparaíso. Luego, fue transportado en tren a Santiago y reconstruido en la Quinta Normal de Agricultura en 1894 para albergar la Exposición de Minería y Metalurgia. En 1968 se convirtió en la sede del Museo Nacional Aeronáutico y del Espacio para en 1992 convertirse en el actual museo Artequín.
El Museo Artequín es un recinto cultural interactivo que permite conocer y experimentar el arte de manera cercana, centrado en el público infantil. El museo cuenta con la reproducción de destacadas obras de Occidente como el retrato de "Monna Lisa" (Leonardo da Vinci), "Las Meninas" (Diego de Velázquez) e "Impresión, sol naciente" (Claude Monet), junto a otras obras icónicas de la historia del arte en Chile.
Agradecimientos especiales a Mariana Milos Montes, Museo Artequín y Memoria Chilena.
- Año: 1889
