En el contexto de la XX Bienal de Arquitectura y Urbanismo de Chile, conversamos con Ignacio Galán, arquitecto español, co-curador de la Trienal de Arquitectura de Oslo 2016 e integrante del proyecto Radical Pedagogies, liderado por Beatriz Colomina en la Escuela de Arquitectura de Princeton. En el conversatorio 'Lucha Libre' Galán planteó que la visión de la oficina After Belonging Agency, curadores de la primera edición de esa trienal, se alineó con las intenciones de Noruega por posicionar al evento como la "Trienal de los país nórdicos".
"Estoy muy feliz de lo que logramos en la Trienal", comenta Galán. "Logramos utilizar plataformas muy diferentes para desarrollar un tema que pensamos sería importante en ese momento; importante más allá de los límites de la arquitectura, que era la relación con nuestras pertenencias y esa era una pregunta que queríamos abordar involucrando nuestro compromiso con las comunidades, pero también nuestro compromiso transformador con los lugares", agrega.
En los últimos tres años hemos sido testigos del surgimiento de eventos como la Bienal de Arquitectura de Chicago (desde 2015), la Trienal de Oslo (desde 2016) y MUGAK, la Bienal de Arquitectura de Euskadi (desde 2017) que buscan posicionarse a nivel continental, junto al ascenso de la Bienal de Diseño de Estambul (desde 2012) y la reciente internacionalización de la Bienal de Arquitectura de Chile en su actual edición, la vigésima desde 1977.
En este nuevo escenario, Galán reflexiona respecto a su relevancia. ¿Por qué deberíamos prestarles atención?:
Creo que las Bienales, Trienales y todos estos tipos de eventos son muy importantes para avanzar en preguntas que son importantes en un momento determinado. Preguntas que muchos de nosotros estamos avanzando en nuestras oficinas, en nuestras instituciones académicas, en la práctica, y preguntas que necesitamos compartir y reflexionar colectivamente. Estas Trienales son esencialmente un punto de conversación para las personas que trabajan en temas similares y promueven esas preguntas.
Además de su potencial relevancia en el concierto local, continental e incluso internacional, también está en discusión la validación de estas nuevas instancias a través de jurados, curadores y ganadores. Galán es enfático en plantear que esta es una pregunta secundaria al momento de construir una Bienal:
Creo que la cuestión de la validación —¿quién valida quién?— en una Bienal o Trienal no es la más importante. Refuerza un rol para el curador como aquel que selecciona quién es bueno o malo. Esa no era la forma en que abordamos el cuestionamiento; la cuestión de la validación no era la que lideraba nuestras decisiones [...] Entendíamos que nuestro papel no era celebrar la arquitectura, sino empujar a la arquitectura a pensar por sí misma.