Descripción enviada por el equipo del proyecto. Ubicado en la Avenida principal de Ostende, una de las localidades más degradadas, en la zona central del Partido de Pinamar, este edificio multifamiliar pretende ser un mojón de desarrollo, donde se registra la mayor densidad poblacional de la ciudad.
La zona contrasta con algunos sectores muy consolidados, de alta calidad urbana, donde se aloja el turismo de alta temporada, barrios bien provistos de infraestructura con servicios y buena accesibilidad a los equipamientos urbanos.
En una ciudad de inversiones mayormente turísticas, se planteó un programa de vivienda estable y comercio minorista para todo el año.
El lote, con una gran pendiente sobre la avenida Victor Hugo, inspiro/forzó la implantación escalonada para evitar modificar abruptamente la topografía existente. Asegurando el acceso directo desde la calle en todos los niveles y puntos posibles de ingreso, enfatizado esto, por un solado exterior (vereda ) de hormigón articulado que acompaña los niveles de la duna original, sin alteraciones ni saltos de nivel.
Por su localización, en el cruce de dos avenidas, por su escala y por su impronta, el edifico en Victor Hugo se transforma naturalmente en un punto de referencia, un sitio de encuentro en una localidad que hasta el momento, carecía de hitos urbanos de atracción. Desde la arquitectura se enfatiza el encuentro social generando nuevos espacios urbanos y proponiendo multiplicidad de usos utilizando herramientas como la continuidad del solado, el mobiliario urbano -no construido en su totalidad- , la liberación de la esquina y los espacios semicubiertos, como escenarios para la reunión comunitaria a la sombra en verano y protegidos de la lluvia durante todo el año.
Por sobre la planta de locales, el edificio se corona con dos niveles de viviendas, volando sobre la esquina y dando carácter tanto al conjunto construido como al vacío por debajo de la obra.
El hall de entrada, es un espacio proyectado para estar y no solo para pasar de camino a las viviendas, toma las tres alturas enfatizando la relación entre los diferentes niveles de viviendas, la verticalidad se acentúa con dos lucarnas insertadas en la cubierta.
El acceso a las unidades de vivienda se da por medio de unas bandejas en voladizo adicionadas al volumen principal. La jerarquización de este elemento aporta una experiencia sensorial que incluye el descubrimiento del paisaje sin paramentos verticales que obstaculicen la visión perimetral del entorno.
Las 11 unidades de viviendas plantean variaciones en su tipología, mono-ambientes, departamentos de uno y dos dormitorios más un duplex, conforman una multiplicidad de opciones de ocupación para una población en desarrollo, la heterogeneidad del componente humano, asegura o mejor dicho busca, el encuentro entre grupos de personas, de diferente conformación familiar. Se plantean las bases para la generación de una comunidad horizontal.
Los juegos de luces y sombras vuelven a ser un tema desarrollado en esta obra, la posibilidad de generar percepciones espaciales cambiantes se ven materializadas en el tratamiento de pérgolas, parasoles de hormigón perforados y entrepisos permeables.
La resolución de detalles de caracteriza por la austeridad formal, la economía de materiales y el bajo mantenimiento del edificio. En esta línea se generan barandas de hormigón, entrepisos técnicos metálicos galvanizados, y muros de ladrillos de vidrio.
El conjunto muestra una materialidad honesta, el hormigón expresa superficialmente la misma composición que su interior. El hormigón es testigo de las manos que lo generaron. Cada marca o supuestamente imperfección, es un recuerdo del factor humano que la genera. El tratamiento superficial genera coherencia, arquitectura para gente de trabajo, materializada por gente de trabajo.