¿Refugiarse de la ciudad en la propia ciudad? Fernando Abellanas nos demuestra que esto es posible mediante una pequeña construcción, que con escasos materiales, está destinada a ser un refugio que logra ser un escape dentro de la misma ciudad.
Con la premisa crear emociones similares a las de nuestra infancia, el diseñador construye un pequeño espacio útil y acogedor bajo un puente, sumergido bajo el bullicio de la ciudad pero ajeno a éste.
Descripción del diseñador. Sin hacer referencias a aquellas imágenes idílicas en el bosque y sí a pequeños espacios recuperados dentro de la misma ciudad donde poder refugiarse del ritmo frenético de éstas.
Lugares que por su arquitectura, ubicación, o dimensiones han quedado inútiles e incluso pasan inadvertidas a la gente que pasa a su alrededor pero que al descubrirlos, estudiarlos y habitarlos nos llegan a evocar aquellas mismas sensaciones de aislamiento, paz y protección que cuando en la infancia nos escondíamos debajo de una mesa camilla durante algún evento familiar.
La idea de ésta intervención surge de un intento por recuperar emociones similares mediante las conexiones que existen entre un espacio y otro:
- La cabaña dentro de nuestra casa y el refugio en la propia ciudad.
- El bullicio de los familiares y el ruido de autos y los trenes.
- El espacio debajo de una mesa y la estructura suspendida a 5 metros de altura (la importancia de salir de la cota 0)
- El mantel colgando de la mesa y los grandes muros de hormigón.
- El ejercicio de acceder a un espacio reptando y al otro accionando una manivela.
- El poder de observar lo que ocurre a nuestro alrededor sin ser vistos por familiares ni por la gran ciudad.
Para su ejecución se han aprovechado las vigas de la estructura inferior de un puente como carril para desplazar una base (estructura metálica desmontable) que al finalizar su recorrido enlaza con el mobiliario que la convierte en un espacio útil y acogedor.
De ésta manera, la acción del desplazamiento crea un diálogo acerca de la unión que llega a formarse entre la estructura móvil y el mobiliario, la casa y el hogar, el cuerpo y el alma.
Todo ello en un entorno donde conviven vegetación, hormigón, el sonido a lo lejos del ajetreo de la ciudad y el placer de sentirse tan cercano y tan ajeno a la vez.
Lebrel
Mi trabajo como diseñador podría resumirse en un intento por poner en práctica todas aquellas inquietudes relacionadas con diseño, artesanía y arquitectura que a diario me surgen.
De manera completamente autodidacta observo, investigo y desarrollo diferentes proyectos con el único propósito de satisfacer mis propias motivaciones personales.
Con el aprendizaje adquirido, resultado de algunos años de trabajo, colaboro con artistas, interioristas y arquitectos ofreciendo soluciones de diseño y producción.
Todo ello bajo el nombre de Lebrel.