Ver memes de gatos enojones disfrazados. Revisar si hay algo nuevo en tu refrigerador cada diez minutos. Distribuir obsesivamente los libros sobre tu mesa. Renombrar las carpetas del computador. En fin, cualquier actividad irrelevante con tal de evitar comenzar tu lectura, tu ensayo, tu modelo, tu proyecto. Procrastinar ahora, sufrir después. ¡Que tu versión del futuro se encargue de eso!
Al embarcarnos en largos y extenuantes proyectos, es probable que todos hayamos caído en la procrastinación con tal de evitar nuestras próximas tareas. No solo saltar olímpicamente aquellas metas exigidas en la oficina y en la universidad, sino también aquellas personales que resultarían fundamentales para sentirnos realizados como seres humanos. Hoy, basados en nuestras propias experiencias y la opinión de expertos, les presentamos 10 consejos para arquitectos procrastinadores, esperando que ustedes no estén procrastinando al leer este artículo.
1. No esperes estar de ánimo. Solo hazlo.
¿Cuántas veces te has propuesto empezar a hacer algo y buscas un ambiente para estar con un ánimo a la altura de las circunstancias? Buscas una mesa amplia, una silla confortable y una iluminación suave. Ah, falta un café. Te sientas con café en mano. ¿Qué música escucharás? Media hora buceando entre los nuevos hits musicales. Al final, descartas tu plan porque nunca conseguiste el estado de ánimo necesario para enfrentar lo que realmente tenías que hacer.
Timothy Pychyl, psicólogo y académico canadiense de la Universidad de Carleton (Ottawa), es un estudioso de la procrastinación y en un reciente artículo del Foro Económico Mundial, afirma que nos engañamos creyendo que nuestro estado de ánimo debe calzar con la actividad que estamos haciendo. "Debo reconocer que rara vez me siento [con ganas de hacer mi siguiente tarea], y no importa si no lo siento", explica.
En vez de enfocarte en las emociones, enfócate en tu próxima tarea, aconseja.
2. Quiebra tu encargo en pequeñas partes.
Conquistar el mundo no suena un plan sencillo y probablemente te angustiaría saber todo lo que deberías hacer para conseguirlo. Mejor ir por parte, y por ejemplo, crear un movimiento político o una empresa innovadora que te ayude en tu misión. ¿Suena ridículo conseguir el mundo sin pensar en un plan? Sí, y lo mismo pasa con tu encargo de taller.
La procrastinación suele asociarse a malas emociones, plantean estudios. Lo que se ve imposible o abrumador, es mejor postergarlo con GIFs de tu serie favorita. Pynchyl plantea que un buen paso es quebrar tu encargo en pequeños pasos: cada paso cumplido te hará sentir mejor y incrementará tu autoestima al enfrentar las próximas etapas.
3. Define plazos.
Después de meses trabajando en tu tesis, estás a horas de la entrega y piensas "si tuviera más tiempo, haría esto o esto otro". Claro, sería maravilloso tener todo el tiempo del mundo y preocuparse únicamente de tu proyecto. Lo mismo que sucede con todas tus ideas a largo plazo que nunca has materializado... ¡porque tienes todo el tiempo para comenzar! ¿Qué pasó con esas clases de natación?, ¿y eso de conocer el mundo? Algún día empezarás, pero no ahora, ¿cierto?
Al no definir plazos, tus ideas siempre permanecerán pulcras, pero ¿cómo sabes si avanzas o no, si no tienes plazos? Piensa en tus planes y date un plazo, quiébralo en etapas y luego en pequeños pasos. No te asegurará el éxito, pero te ofrecerá una meta específica y realizable a largo plazo.
4. Planifica tu calendario.
¿Cómo planificar sin aplicaciones? Es hora de conocer Bullet Journal, un sistema muy sencillo creado por el diseñador Ryder Carroll. Solo necesitarás lápiz y papel, y a diferencia de otros métodos donde te piden que tú te adaptes a ellos, este es fácil y claro de estructurar.
Bullet Journal te permite visualizar el estado de tus proyectos en un registro semestral, mensual, semanal y diario, a partir de tareas (.), notas (--) y eventos (°). A medida que finalizas tus actividades diarias, las vas tachando. Si no alcanzaste, puedes postergarlas (>), y si la postergas mucho, probablemente te darás cuenta que no es relevante ejecutarla, o bien, es necesario replantear o dividir en una secuencia de actividades más específicas.
La sensación de avance siempre es satisfactoria, pero si eres multitask, jamás lo sabrás porque siempre hay otra cosa por hacer. En eso Bullet Journal hace la diferencia.
5. No conectes tu cuenta de Whatsapp en tu computador. Jamás.
Si te distraen las redes sociales mientras trabajas, lo más lógico no sería agregar tu cuenta de Whatsapp a tu computador. Ahora que lo agregaste y estás a una pestaña de tu navegador para ver quién te envió el más reciente meme, es peor. Tienes en la misma pantalla tu proyecto en CAD, los documentos en PDF, los videos de concentración y la casilla del correo siempre abierta, junto a los chats de Whatsapp.
Es importante separar los espacios: es como dormir, almorzar y estudiar en la cama. ¿Cuándo sabrás que descansas o que estás trabajando si todo lo haces en el mismo lugar?
6. Deja tu celular sin internet mientras trabajas. Si es urgente, te llamarán.
Si te cuestionaste eso de no instalar Whatsapp en tu computador, pensando "¿Y qué pasa si me necesitan?", la respuesta es muy sencilla: deja tu celular sin internet y conéctate cuando te des un descanso. Si es urgente, te llamarán.
Ese meme que te enviaron por Whatsapp puede esperar.
7. Separa lo urgente de lo importante.
Autodefinido como un "procrastinador profesional", Tim Urban, creador del blog Wait But Why, plantea que existen distintos tipos de procrastinadores (algunos se distraen viendo GIFs y otros limpiando el hogar), pero ninguno de ellos se enfoca en sus objetivos a largo plazo. Todos ven lo urgente, pero no lo importante.
Apoyado en la Eisenhower Matrix, Urban plantea que todos deberíamos gastar nuestro tiempo en lo realmente valioso, es decir, en lo "importante y urgente" (la primera entrega al cliente) y en lo "importante, pero no urgente" (ganar el Pritzker, por ejemplo), pues ahí es donde, según Urban, "la gente prospera, crece y florece".
Como es de esperar, la mayoría de los procrastinadores gastan sus energías en lo "urgente y no importante", excepto cuando los plazos de entrega asechan peligrosamente. Ahí los procrastinadores se enfocan en lo "importante y urgente". ¿Qué es lo importante para ti?
8. Estructura tu semana y tus tiempos según tus habilidades.
Es ridículo pedir que todos seamos eficientes las 24 horas del día y los 7 días de la semana, pero sí sabemos que hay momentos en que uno funciona mejor que en otros. En mi caso: lunes en la mañana por sobre el viernes en la tarde. Muy temprano en la mañana por sobre la tarde. En ayuna mejor que recién almorzado. Por lo mismo es más probable que en los primeros casos me concentre mejor y no me pierda en tareas triviales, así puedo definir mis días según mis próximas tareas y cómo podría resolverlas mejor. ¿Cuáles son tus tiempos?
9. Enfrenta el miedo a fallar
Sí, suena a cita de Paulo Coelho, pero es cierto: la procrastinación y el perfeccionismo suelen caminar tomados de la mano. Según Julie Morgenstern, consultora de productividad, explica a The New York Times, esperar hasta último minuto da a los perfeccionistas la excusa perfecta: no tuvieron el tiempo suficiente. Si no te pones a trabajar, no puedes fallar en una tarea (ni a ti mismo) porque no existe el proyecto y así postergarás la posibilidad de equivocarte.
Al respecto, Rory Vaden, entrenador corporativo estadounidense, explica que "las personas más productivas tienden a enfocarse en el progreso por sobre la perfección". Como tendrás presente, en todos los proyectos, los primeros bosquejos diferirán largamente del proyecto final. El camino es largo y está lleno de enredos, errores, aciertos y mucha perseverancia.
10. La concentración llega mientras trabajas.
Hace unos años presentamos el trabajo del escritor Mason Currey, autor de Daily Rituals, una publicación que explora las rutinas de las grandes mentes de nuestra sociedad. Ya sea priorizando largas caminatas para concentrarse como Tchaikovsky o Beethoven; organizando extenuantes jornadas laborales como Frank Lloyd Wright, o pintando desnudo como Le Corbusier, todos ellos construyeron sus horarios en pos de realizar el mejor trabajo posible, por la pasión que finalmente los empuja a trabajar.
Y cuando trabajes, la concentración inevitablemente llegará en algún momento. Ese es el mejor consejo.