'Anales' es una revista periódica que surgió dentro del Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas (IAA), de la Universidad de Buenos Aires (UBA), y publica trabajos originales referidos a la historia de disciplinas como el urbanismo y la arquitectura de América Latina.
El artículo de Marta Mirás -en la publicación número 41 de la revista 'Anales del IAA'-, propone estudiar la diversidad de programas arquitectónicos que pueden inferirse en la producción de imágenes de Buenos Aires. En especial, se revisan fotografías expuestas o publicadas para estudiar la ciudad histórica en su condición física y social, intentando dar cuenta de los matices con que la modernidad emergió en el escenario local. Conoce algunos extractos del artículo a continuación:
Se considera que la profunda renovación que se produjo en los parámetros arquitectónicos encontró una amplia expresión en la edilicia local, y el estudio de las prácticas fotográficas permite descifrar algunos de los modos de su apropiación y valoración. En otro nivel de observación, estas fuentes visuales han permitido conocer la secuencia de avance de algunas obras, sus formas y usos, y también recuperar la imagen de aquellas que ya no existen en el mundo material.
Las ideas sobre la construcción de la imagen urbana desarrolladas en esta investigación se basan en las formulaciones de Walter Benjamin, especialmente en el concepto de “imagen dialéctica”, con la que se puede entender que la difusión de la imagen de la ciudad influyó tanto en el mundo cultural como en su propia conformación material, en un complejo proceso de producción de sentido.
Desde esta perspectiva, damos cuenta de los matices con que la modernidad emergió en el escenario de la ciudad, ya que algunas de sus expresiones pueden ser estudiadas observando las operaciones que se producen al encuadrar fragmentos de aquello que denominamos lo real.
En segundo lugar, para profundizar en el análisis de la vinculación entre arquitectura y fotografía, nos hemos basado en algunas de las líneas trazadas por Roland Barthes en torno del “mensaje fotográfico” (Barthes 1977: 107). Expresado en sus palabras: “Sentía a través de la fuerza de mis reacciones, de su desorden, de su azar, de su enigma, que la Fotografía es un arte poco seguro” (Barthes 1980 [1994: 52]). Desde ese esquema de connotaciones diversas pueden plantearse algunas relaciones entre la arquitectura y las distintas posibilidades de hacerla visible y 'sensible' pues entendemos que el estudio de las prácticas fotográficas se vuelve productivo en tanto puede descifrar algunos de los modos de apropiación y valoración de la arquitectura.
Es que las imágenes del período estudiado no reflejan la imagen del mundo, sino, como afirma Hans Belting, una cierta ilusión de realidad de “cómo era cuando todavía se creía que era posible poseerlo en fotos” (Belting 2002 [2007: 266]). Por esta creencia, y por las circunstancias de transformación que se estaban operando, se fue generando el protagonismo visual de las obras en los nuevos formatos de comunicación: álbumes impresos, fotografías que se incorporaron a diarios y revistas, a documentos oficiales, y a la particular conformación de la tarjeta postal, entre otros.
Modos de ver la arquitectura. En el amplio material relevado, el peso del componente social del acto fotográfico se puso en evidencia a través de temas, motivos y enfoques reiterados. Desde allí podemos señalar que se configuraron, en principio, dos modos de reflejar la arquitectura. Por un lado muchas producciones han elegido enfoques que dan cuenta ampliamente de la novedad que plantean las obras en sus entornos inmediatos, dado que por lo general irrumpen en el tejido existente y lo fragmentan. Por otro, la imagen de la obra ha sido recortada y aislada de su entorno inmediato, siguiendo esa operación de corte tan propia de lo fotográfico, y a la que Dubois ha denominado “imagen acto” (1990 [2008: 14]).
Los programas más reiterados fueron los distintos edificios de gobierno, educación y salud –con particular énfasis en el Congreso Nacional, el Palacio de Justicia y la escuela Petronilda Rodríguez (hoy Palacio Sarmiento)– y una amplia gama de hospitales, teatros y sedes bancarias. En lo concerniente a los edificios ferroviarios, los principales registros están dedicados a las estaciones, a sus monumentales fachadas, salones y halls. Menos frecuentes son los registros de andenes, vías, depósitos y talleres, con su impronta metálica e ingenieril.
En ese marco, podemos decir que, en una primera etapa, prevaleció la mirada arquitectónica por sobre la de los sectores más vinculados a la ingeniería; en nuestro medio, a fines del siglo XIX, ambas disciplinas buscaban diferenciarse en sus saberes y prácticas específicas
Pero probablemente, uno de los principales modos de mostrar la arquitectura en el período de estudio, se dio a través de un tipo particular de operación gráfica que la presenta recortada por completo de la ciudad. En general, las obras más elegidas poseían singulares condiciones volumétricas y de lenguaje, y por lo tanto se generaba una especial situación de visualización.
Esta operación facilitaba y enriquecía las posibilidades técnicas de realización de tomas fotográficas. Así, se fue consolidando, en los distintos formatos, la tendencia a convertir en una suerte de fetiche al objeto arquitectónico, recortándolo y presentándolo –de este modo– como excepcional. En este sentido, puede reconocerse que la fuerte impronta de diferenciación en términos de imagen arquitectónica, que insistentemente afloraba en la presentación de las nuevas obras, promovía la difusión del proceso de modernización y, a la vez, de diversificación de lo urbano.
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- Mirás, M. (2011). La arquitectura de las fotos. Buenos Aires en el 1900. Anales del IAA, 41 (1), 71-86. Consultado el 06/12/2016 en http://www.iaa.fadu.uba.ar/ojs/index.php/anales/article/view/5/pdf_8
- "La arquitectura de las fotos. Buenos Aires en el 1900", de Marta Mirás, se encuentra bajo la licencia Creative Commons Attribution 3.0 License