Este fin de semana habrá concluido la Muestra Internacional de Arquitectura de la Bienal de Venecia, y tras 6 meses de la exposición más importante de arquitectura en donde México tuvo una extensa representación, hemos recopilado una serie de artículos que nos acercan a la arquitectura social que se realiza en el país y queremos introducir uno de los equipos seleccionados que formaron parte del pabellón de México. Armando Casas es dirigido por los arquitectos Roberto Rodríguez y Ximena Davis, quienes trabajan con familias en colonias marginadas de Cuernavaca. Su trabajo es una estrategia efectiva de comunicación de conocimientos especializados para que familias puedan construir sus propias casas.
El juguete
Rodríguez y Davis llamaron a su proyecto Armando Casas. Se trata de un juguete educativo que puede ser usado tanto por niños como por adultos. Sus piezas de acrílico muestran cómo se integran distintos elementos estructurales y espaciales, y ofrece estrategias para facilitar la autoconstrucción progresiva de una vivienda. Armando Casas fue desarrollado en talleres participativos con familias que viven en torno a las vías de tren de Ahuehuetitla, Cuernavaca. Los arquitectos—los más jóvenes entre los que forman parte del pabellón—iniciaron el proyecto como estudiantes de la Universidad La Salle Cuernavaca.
Los niños que participan en los talleres realizan reflexiones sobre las maneras en que toma forma el espacio construido. Para los adultos, los talleres son espacios para el desarrollo de estrategias de planeación a futuro en la construcción de casas para sus familias.
Fuentes del proyecto
Armando Casas incorpora conocimientos de autoconstrucción de las personas que participan en los talleres. Se trata de una herramienta que surge de un contexto específico, y puede así responder de manera directa a sus necesidades: sus piezas y consideraciones tipológicas corresponden con los materiales que utilizan las familias de zonas precarias de Cuernavaca y con el tipo de casas que construyen.
Además, el juguete sintetiza los conocimientos desarrollados por expertos en otros espacios. Entre ellos se encuentra Carlos González Lobo, profesor de la UNAM. Sus diseños—los cuales a menudo incorporan bóvedas prefabricadas como las que reproduce Armando Casas—se resumen con el lema “Costo mínimo, espacio máximo”.
Armando Casas va acompañado de un manual para su uso. Entre los modelos de vivienda que aparecen en este documento se encuentran uno diseñado por Paloma Vera y Juan Carlos Cano—cuyo trabajo se presenta también en el pabellón—y otro por Alejandro Aravena, arquitecto chileno y director artístico de esta edición de la Bienal de Venecia.
El trabajo de Rodríguez y Davis responde a que un enorme porcentaje de las viviendas en México se construye sin la participación de arquitectos u otros expertos. Armando Casas se suma a una estrategia para atender este rezago con una larga historia en México: los manuales de autoconstrucción como instrumentos para difundir conocimientos técnicos se remontan a los años treinta del siglo XX.
Camino a seguir
En meses recientes, los arquitectos Rodríguez y Davis empezaron a trabajar con una familia en el diseño y construcción de su casa con ayuda de Armando Casas. Los arquitectos han comenzado también a trabajar con David Mora—cuyo trabajo se presenta también en el pabellón—para diseñar viviendas junto con familias en Chimalhuacán e Iztapalapa.
Los arquitectos recibieron el Premio de la juventud de la Ciudad de México por el proyecto Armando Casas. Además, han presentado su trabajo en distintas universidades y espacios culturales; el pasado septiembre, formaron parte del foro “Poder Hacer” del Laboratorio para la ciudad. El trabajo de socialización y difusión servirá para formar nuevas alianzas e implementar el juguete y manual en nuevos espacios.
