- Área: 70 m²
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Fotografías:Gonzalo Viramonte
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Proveedores: Cerramientos y Estructuras S.A, Damian Schon, Marcelo y Ramiro Fernandez Vocos
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Ubicada en la localidad Los Molinos, la Casa BSO se implanta en un entorno natural en cercanía inmediata al Rio Segundo. Contenida por un bosque de acacias al este y un grupo de chañares al oeste la casa recibe la proyección de sus sombras sobre las fachadas a lo largo del día. Su forma apaisada, sus líneas horizontales y una altura constante refuerzan el dialogo con el terreno de desniveles graduales. Al mismo tiempo, esta horizontalidad genera una situación de figura y fondo al recortar la verticalidad expresada por la arboleda que la rodea.
La vivienda se plantea como un volumen longitudinal que se desarrolla hacia la orientación más favorable. Es una construcción que no disimula su presencia en el medio pero que a partir de su materialidad expresiva, dinámica y cambiante logra una relación de cierta serenidad con su entorno inmediato y la vegetación circundante.
Esta casa presenta una marcada dualidad. En su estado pasivo se muestra como un objeto icónico, cerrado en sí mismo, posado en el paisaje y en su estado activo se ofrece como un pabellón abierto y permeable, fuertemente vinculado con el exterior.
Es una vivienda de uso esporádico. Un refugio en la naturaleza a 45 minutos del centro de la Ciudad de Córdoba. La propuesta es un contenedor flexible a diferentes usos y modos de ocupación que se abre a la orientación norte reforzando su vinculación con el paisaje natural a través de ventanales que dinamizan la relación interior-exterior. La cubierta vuela sobre esta fachada generando un alero para protección solar y un espacio de expansión para la casa. Sobre la orientación sur se apoya una tira de servicios coronada por ventanas altas protegidas por el alero sur del techo. Todos los ambientes gozan de iluminación natural y ventilación cruzada.
Sobre la fachada principal se desarrolló un sistema de cerramientos móviles que resuelven en una única acción las necesidades de seguridad, intimidad y protección solar. Estos cerramientos metálicos corren sobre rieles pudiendo ser dispuestos según las distintas necesidades. El uso combinado de estos parasoles y las posibilidades de ventilación a través de las ventanas genera buenas condiciones para acompañar las variaciones climáticas durante el transcurso del día y a lo largo del año.
Se conjuga la construcción húmeda y seca aprovechando los beneficios de cada una para cada etapa de la obra. Los cerramientos laterales son realizados por mano de obra local mientras que la perfilaría metálica y el techo de madera se realiza con mano de obra especializada; disminuyendo los tiempos de ejecución y aportando mayor racionalidad y economía al proceso constructivo.
La construcción consiste en una plataforma de fundación y nivelación donde se erige un sistema de muros que sostiene perfiles metálicos sobre los que posa el techo de madera.
Los muros son dobles de ladrillo común. El muro interior contiene la estructura y el desarrollo de las instalaciones mientras que el muro exterior, conformado por el apilamiento de ladrillos sin junta, aporta un óptimo rendimiento climático y un lenguaje rustico de bajo mantenimiento que contrasta con la simpleza y limpieza de la tecnología seca.
La perfilaría metálica es el nexo que articula ambos sistemas constructivos rematando los muros y generando un apoyo preciso para la estructura de madera.
El techo de madera se compone de dos secciones de vigas laminadas, una principal que resuelve la luz y la inclinación de la cubierta y una secundaria que responde al módulo del cielorraso.
La posibilidad de graduar el paso del aire, el control de la incidencia de la luz solar en el interior y la adecuada aislación aportada por los muros y la cubierta hacen de esta vivienda una construcción consiente de su relación con el clima y el medioambiente.