Desde hace tiempo que París quiere convertirse en un ejemplo de desarrollo sostenible. Ya en 2014 la alcaldesa Anne Hidalgo había anunciado que dentro de 5 años, es decir, en 2019, la ciudad estará libre de los automóviles diésel, lo que representa el 60% de su parque automovilístico.
Desde julio del año pasado, entre las 08:00 y las 20:00 horas, está prohibido que circulen por el centro de la ciudad los vehículos pesados, camiones y autobuses que sean anteriores a octubre de 2001.
Ahora, París dará un nuevo paso: a partir del 1 de julio de este año, en el centro no podrán circular los autos a diésel fabricados antes de 1997 ni las motos registradas antes de mayo de 2000 debido a que esos vehículos, según las autoridades, son mucho más contaminantes que los posteriores a 2005.
Además, a partir de 2017, se prohibirán todos los vehículos diésel anteriores a 2011 y en 2020 habrá una prohibición total de los autos anteriores a 2011 y motos previas a 2015. En caso de infracción a estas exigencias, se prevén multas de entre 35 y 450 euros (de 27.000 a 350 mil pesos chilenos, aproximadamente).
Estas medidas son parte de la Ley de Transición Energética, aprobada el pasado año, y que tiene como objetivos principales reducir en un 40% las emisiones de gases de efecto invernadero hasta 2030 y que las energías renovables cubran el 32% del total de la demanda energética a finales de 2030. La normativa también permite que las ciudades que tengan niveles de contaminación muy elevados establezcan sus propias reglas de circulación de vehículos.
Las acciones se unen a las ya introducidas en París, que incentivan el uso de la red de vehículos eléctricos municipales y de las bicicletas. Una persona que renuncia a su auto puede contar con una ayuda de 400 euros (unos 300 mil pesos chilenos) para usar el transporte público o comprar una bicicleta. También puede tener un descuento del 50% en el sistema de autos eléctricos del Ayuntamiento, Autolib. Para esto, es necesario presentar los documentos en la municipalidad que demuestren que una persona no posee un vehículo y así las autoridades le podrán entregar un comprobante con la ayuda respectiva.
Todo esto, según Christophe Najdovski, encargado de Espacio público y Transporte de la alcaldía de París, está ocurriendo porque “lo que nos preocupa es la salud pública y el derecho de los parisinos a respirar un aire sano”.