En septiembre, Foster + Partners dio a conocer los detalles de su diseño para un droneport en Ruanda, una iniciativa humanitaria que busca impulsar y navegar por los problemas de infraestructura de economías emergentes.
En este video, Foster y las otros involucrados del proyecto explican el proceso de realización de las droneports, dando más detalles sobre su inclusión en la Bienal de Venecia de este año, con la participación de nuevas visualizaciones arquitectónicas.
El proyecto, que está programado para comenzar su construcción durante este año, se inició por Jonathan Ledgard de Afrotech-Redline, que se acercó a Foster, específicamente por su trabajo en aeropuertos y aviación. Esta sorprendente yuxtaposición entre la baja tecnología de las economías emergentes y la alta tecnología de los drones presenta uno de los conceptos clave detrás del droneport: un 'leapfrogging tecnológico'. La frase se refiere a la adopción de la tecnología avanzadas en zonas donde se carece de tecnologías preexistentes, resolviendo los retos de estas zonas de forma más rápida o más económica, algo que las tecnologías anteriores jamás habrían logrado.
Estas iniciativas son fructíferas no sólo para los sitios atendidos, pero para la tecnología en general, ya que los científicos e investigadores se les da la oportunidad de explorar e innovar nuevas tecnologías que pueden no tener efectos inmediatos en el concurrido panorama tecnológico de los países desarrollados. Mientras los drones en Rusia están siendo utilizados para repartir pizzas, hay espacio y, de hecho, una necesidad en Ruanda para aviones no tripulados para servir como unidades médicas. laboratorios de investigación y varios estudiantes de la EPFL, MIT, la Universidad Politécnica de Madrid, y ETH se encargaron de la innovación en la estructura de envolventes delgadas común para resistir las fuerzas naturales y para encajar en el contexto local. La fundación LafargeHolcim también fue responsable de innovar su producto preexistente, conocido como Durabrick, para crear un nuevo producto que podría ser utilizado como material de construcción para los droneports.
Para la ejecución del proyecto la empresa prevé un "kit de partes" que solo prestan el encofrado de base para las estructuras y las máquinas prensa-ladrillo con mano de obra y los materiales de origen local. El mayor atributo del proyecto se describe mejor por el propio Norman Foster: se trata de ayudar a las economías emergentes "con productos importados mínimos y el máximo compromiso con las comunidades locales".
El proyecto droneport no es sólo un bypass a las tecnologías inmediatas que tradicionalmente se consideran infraestructura necesaria para los países desarrollados, pero también prevé un nuevo tipo de urbanismo, que tal vez es menos dependiente de las carreteras y automóviles personales. Elementos de las ciudades que, en los últimos años, han sido problemáticos, pero al mismo tiempo han sido insustituible en el servicio de la metrópolis.
En algunas ciudades de América del Sur, hemos visto el desarrollo de nuevas opciones de transporte urbano como teleféricos como una solución a la insuficiencia de (o la ausencia completa de carreteras). El leapfrogging tecnológico tiene el potencial de voltear la narrativa común, permitiendo que las economías emergentes no jueguen a "ponerse al día" pero que sean líderes en el desarrollo. Con el éxito del proyecto droneport aún por determinar, ¿podríamos esperar un nuevo modelo de ciudades?
