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Arquitectos: Yuri Vital, São Paulo Arquitetura, Miguel Muralha
- Área: 3800 m²
- Año: 2016
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Fotografías:Fabio Hargesheimer
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La invitacion al público se realiza a través de grandes entradas, sin barreras físicas y con carácter acogedor. Los pliegues del edificio orientan el percurso e incitan la curiosidad de descubrir un nuevo espacio. Um monolito puro en concreto aparente, da vida al nuevo equipamiento cultural de la cuidad de São Paulo, Brasil.
Localizado en Campos Elíseos, área central de la ciudad, en el encuentro entre Alameda Barón de Piracicaba y Alameda Nothmann, la arquitectura propuesta acompaña una serie de medidas encaminadas a la revitalización urbana de la región.
Conocido en los años 40 como barrio de la elite paulista y local de la sede del Gobierno del Estado y de las estaciones Julio Prestes y Luz, la región paso por un desordenado proceso de desenvolvimiento; actualmente Campos Elíseos posee caserones abandonados y es palco de un intenso problema social, con esto, acabó recibiendo el seudónimo de “Cracolandia”, debido al consumo excesivo de alucinógenos que se da en las calles del local.
En contrapartida a esta dura realidad, el nuevo equipamiento cultural llego para incentivar la transformación de la región y mejorar el escenario urbano local. Concebido para ser local de desenvolvimiento y presentación de las más variadas expresiones artísticas contemporáneas, el espacio tiene como objetivo abrigar: exposiciones, talleres, cursos, workshops, simposios, ferias, fiestas y festivales. La variedad de la espacialidad del interior fue pensada para atribuir gran flexibilidad de uso, lo que posibilita, diversas disposiciones y escalas de exposiciones; hechos que enriquecen la experiencia del usuario. Con una fachada de concreto y pliegues que parecen dobleces, la arquitectura juega con sombras que se transforman en luz cuando accesa el visitante.
El programa del Espacio Cultural se divide en áreas de apoyo (administración, museología, salas de cátedra y sanitarios) y espacios expositivos. La edificación tiene dobleces que confrontan el formalismo tradicional de una galería de arte; estos componen la organización técnica dividiendo los espacios expositivos, orientando los accesos y garantizando una buena acústica debido a la quiebra del paralelismo.
En los espacios en que se necesita iluminación y ventilación tales como: administración, museología, salas de cátedra y sanitarios, fue idealizado un frente diferenciado, donde el vidrio es protegido por una segunda piel, un elemento separado de concreto y madera, creando así una fachada inusitada. Otro aspecto interesante en la obra es la forma como se da el acceso al mezanino, realizado a través de una rampa que se proyecta para el exterior del edificio, creando la oportunidad de un contacto diferenciado con el medio externo, generando una pausa deseable para la transición de los pavimentos. Este espacio de transición también es una posibilidad de contemplación al Edificio Liceo de Artes y Oficios de São Paulo, construcción de relevancia histórica de la ciudad.
Además de la arquitectura asimétrica de concreto, el complejo cuenta también con una plaza pública que articula el Espacio Cultural con otros equipamientos del local (restaurante y tienda). El arte puede, por lo tanto, sobrepasar el límite físico del edifício y crear espacios alternativos para exposiciones al aire libre.
El sistema constructivo adoptado para la construcción del Espacio Cultural fue de concreto armado, que además de ser una técnica ampliamente difundida y conocida por la mano de obra local, tuvo gran influencia en la Arquitectura Moderna Brasileña. El uso de concreto fue esencial para atender la plasticidad que a Arquitectura pedía, pues la capacidad de maleabilidad del material facilito la construcción de las formas dadas al proyecto. Por tanto los elementos estructurales son componentes da obra, que así como otros materiales empleados, fueron utilizados con rigor plástico y también funcional.
Hay un criterio de composición en la simplicidad de las formas y volúmenes, en la continuidad espacial de los interiores y existe clareza en el uso de materiales, que son básicamente estructuras de concreto armado aparente, escuadrías metálicas, vidrios y madera.
Se busca resolver el programa de necesidades en volúmenes puros, limitados por fachadas trabajadas plásticamente con componentes que indican las funciones internas y volúmenes secundarios de circulaciones verticales. La integración entre los espacios permite al visitante un contacto contemplativo con el medio externo. Formas asimétricas forman contornos y líneas que estimulan el descubrimiento del espacio. A luz natural se torna la artista principal de los espacios de Arquitectura. Aberturas en locales inusitados y con diferentes inclinaciones, hacen que el juego de luz y sombra llene los espacios con arte natural.