En 2008, el entonces alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, junto con la Comisionada de Transporte, Janette Sadik-Khan, anunciaron el programa “Summer Streets”, que consistía en abrir una ruta de 11 kilómetros solo para peatones y ciclistas, todo un experimento en la ciudad que tenía una cultura de la movilidad muy centrada en el automóvil.
Sin embargo, durante tres sábados consecutivos (9, 16 y 23 de agosto), los cientos de peatones y ciclistas que transitaron entre las 7 am y la 1 pm por el Puente Brooklyn hasta la calle 72, demostraron que existía un gran interés por recuperar las calles para otras actividades que no necesariamente involucraban el tránsito.
Desde esa apertura de calles, es posible reconocer que el municipio de Nueva York empezó a desarrollar nuevas ideas para hacer de la ciudad un lugar más habitable, tomando en cuenta la creación de áreas verdes, la valorización de los espacios públicos y el impulso a la movilidad sustentable, entre otras áreas.
La encargada de llevar adelante los proyectos fue Sadik-Khan, quien esta semana lanzó el libro“Street Fight: Manual para una Revolución Urbana”, co-escrito con su encargado de medios entre 2007 y 2013, Seth Solomonow.
En esta publicación, Sadik-Khan, quien afirma que “si puedes cambiar una calle, puedes cambiar el mundo”, recoge varias de las tácticas que ejecutó en Nueva York para hacer posible la peatonalización de Times Square -reconocido sector dominado por los automóviles hasta el 2009- la construcción de más de 600 kilómetros de ciclovías, la implementación del sistema de bicicletas públicas, CityBike, la apertura de 60 nuevas plazas y la habilitación de pistas para buses.
Al ver la envergadura de los proyectos, es posible pensar que fue necesario contar con un presupuesto demasiado alto. No obstante, según dijo la ex comisionada en una entrevista con el experto en estudios urbanos e innovación tecnológica, Richard Florida, “mejores calles para caminar, andar en bicicleta, y los autobuses son algunas de las estrategias más rápidas, pero también algunas de las menos costosas de transformación. En mis seis años comisionado, se invirtieron solo US$6 millones para mantener nuestra red en un buen estado de reparación”.
De hecho, este enfoque de bajo costo y rápida implementación es el que difunde en su libro, el que busca ser una hoja de ruta para rediseñar las ciudades a escala humana, y no solamente las estadounidenses, mediante la redistribución del espacio público y reasignación entre los distintos modos de movilidad, priorizando a los sustentables (peatones, ciclistas y transporte público).
Así, la experta en transporte y movilidad que últimamente se ha desempeñado como asesora de los gobiernos de las ciudades de Ciudad de México, Detroit, Los Ángeles y Río de Janeiro, a través de la Fundación Bloomberg Philanthropies, quiere demostrar que es posible hacer realidad grandes ideas, con pocos recursos.
En este sentido, sostiene que “una gran cantidad de ciudades se resisten a probar cosas, como tienen miedo de que podrían no funcionar. Sin embargo, hay mucho que puede hacer solo con pintura, maceteros y piedras de puentes viejos. Cerramos Broadway en Times Square en unos meses utilizando solo los materiales que teníamos en el Departamento de Transporte”, según contó a The Guardian. A esto agrega que “se puede cambiar una calle a modo de prueba utilizando materiales que se ajustan con facilidad o que pueden ser removidos si no funciona. Están disponibles y se puede hacer “.
Referencias: Janette Sadik-Khan (sitio oficial), The Guardian, CityLab y Ayuntamiento de Nueva York.