Al revisar la historia de la arquitectura, nos encontramos con una serie de arquitectos que terminaron su vida en este planeta en curiosas circunstancias. Algunos, sin esperarla, no llegaron a ver su obra terminada; otros, cansados o enfermos -pero dejando un importante legado construido-, decidieron deliberadamente dejar de existir.
La arquitectura nos permite superar la barrera del tiempo, y aunque dejemos este mundo, nuestra obra puede permanecer, influenciar y ser habitada por diferentes generaciones. Al mismo tiempo, puede ser reutilizada, transformada y adaptada a nuevas formas de vida.
Estos 7 arquitectos lograron vencer a la muerte a través de su talento y difícilmente serán olvidados. ¿Cómo pasaron su último día en este mundo? Entérate a continuación.
Francesco Borromini
(1599-1667)
Según cuenta la historia, en el verano de 1667, el arquitecto italiano Francesco Borromini sufría de una serie de trastornos nerviosos causados por la depresión. Entre el 1 de julio y el 3 de agosto de 1667, Borromini pasó por ciertos sucesos que empeoraron la situación; su ánimo decae y no vuelve a salir de su casa, pierde un encargo en manos de Bernini, y en una crisis quema todos sus escritos y diseños. El 2 de agosto, luego de una pelea con su sirviente, se quita la vida al "arrojarse sobre su propia espada" [1], muriendo al día siguiente a las 22.00 hrs. Por su voluntad, fue enterrado sin epitafio en la tumba de un pariente (Carlo Maderno), bajo el domo de San Giovanni dei Fiorentini.
Su obra más recordada es la Iglesia de San Carlo alle Quattro Fontane (Roma, 1641), una de las piezas más importantes de la arquitectura barroca.
Stefano Ittar
(1724-1790)
Stefano Ittar nació en Polonia, pero tempranamente se trasladó a Roma para estudiar arquitectura, donde fue influenciado enormemente por Borromini. La leyenda cuenta que se suicidó luego de notar una serie de errores en el cálculo estructural de su último proyecto: una biblioteca en La Valeta, encargada por la Orden de Malta [2]. Aunque algunos ponen en duda la veracidad de esta historia, ya que en su funeral habría recibido los sacramentos que estaban prohibidos para los suicidas, nunca lo sabremos con total certeza.
Su obra se encuentra principalmente en la ciudad de Catania (Sicilia), y su diseño más reconocido es la Basílica della Collegiata (1758).
Antoni Gaudí
(1852-1926)
Al momento de su muerte, Gaudí se encontraba totalmente dedicado a La Sagrada Familia, e incluso vivía en el taller de la Iglesia: "Mis grandes amigos están muertos; no tengo familia, ni clientes, ni fortuna, ni nada. Así puedo entregarme totalmente al Templo" [3].
El 7 de junio de 1926, mientras cruzaba la intersección de la Gran Vía de las Cortes Catalanas y la calle Bailén, el arquitecto fue atropellado por un tranvía de la línea 30. Su aspecto deteriorado hizo que los transeúntes lo confundieran con un mendigo, e incluso varios taxistas se negaron a trasladarlo hasta el hospital. La ayuda llego demasiado tarde y lamentablemente murió tres días después, a los 74 años de edad. Sus restos están enterrados en la cripta de La Sagrada Familia, específicamente en la capilla de Nuestra Señora del Carmen.
George W. Maher
(1864-1926)
A los 21 años de edad, George Maher comenzó a trabajar como dibujante en Chicago, nada más ni nada menos que con Frank Lloyd Wright. Aunque también trabajó junto a otros importantes arquitectos de la época, este fugaz roce laboral dejó una huella en su obra construida. Su producción se centró en viviendas unifamiliares suburbanas, incorporando líneas horizontales, amplios voladizos, y una ornamentación visible pero muy cuidada, lo que lo llevó a convertirse en uno de los mayores referentes del "estilo de la pradera" (Prairie Style).
En la década de 1920, y luego de pasar más de un año hospitalizado por una depresión que lo persiguió durante toda su carrera, el arquitecto termina con su vida a los 61 años de edad. [4] Al morir, Maher dejó en el mundo más de 270 proyectos construidos, de los cuales recordamos la Casa William Coffeen, construida en 1900 en Hinsdale, Illinois.
Emil Králíček
(1877-1930)
Al igual que Borromini, Ittar y Maher, Emil Králíček se suicidó, y se dice que fue debido a una crisis familiar causada por dificultades económicas [5]. Este triste dato es la excusa perfecta para hablar de su obra, injustamente inadvertida hasta el momento.
Este arquitecto checo comenzó a trabajar en Praga en el año 1900, desarrollando una interesante producción que se mueve entre el clasicismo, el Art Nouveau y el Cubismo Checo, dando prematuros pasos hacia el Constructivismo Moderno que se popularizaría más tarde. Sus edificios y fachadas marcan parte importante de la imagen urbana de Praga y esto es digno de ser recordado. En la imagen destacamos la Casa Diamant, de 1913.
Giuseppe Terragni
(1904-1943)
En 1939, durante la II Guerra Mundial, el reconocido arquitecto racionalista Giuseppe Terragni fue reclutado por el ejército, viéndose obligado a pasar casi 16 meses en el frente ruso. A través de cartas, el italiano siguió diseñando desde la trinchera, finalizando sus últimos edificios antes de volver a Italia. Lamentablemente, Terragni ya no era el mismo a su regreso. Las brutalidades de la guerra lo deterioraron mentalmente y seis días antes de la caída del fascismo -el 19 de julio de 1943- muere por una trombosis cerebral [6].
Su legado más importante es la célebre Casa del Fascio (Como, 1936), edificio que para muchos es una obra fundamental dentro del racionalismo italiano. Puedes ver otras obras emblemáticas del arquitecto en este artículo.
Frei Otto
(1925-2015)
Su muerte es bastante menos trágica que las presentadas en este artículo y seguramente murió más feliz que todos estos arquitectos juntos.
A inicios del año 2015, el jurado del Premio Pritzker eligió a Otto como su galardonado número 40 y pocos días después, su Director Ejecutivo viajó a la casa/estudio del arquitecto en Warmbronn, Alemania, para darle la noticia. "Estoy muy feliz de recibir este premio y agradezco enormemente al jurado y a la familia Pritzker. Nunca he hecho nada que ganar este premio. Mi motivación arquitectónica fue diseñar nuevos tipos de edificios para ayudar a la gente más necesitada, especialmente después de los desastres naturales y catástrofes. Entonces, ¿qué podría ser mejor para mí que ganar este premio? Voy a utilizar el tiempo que me queda para seguir haciendo lo que he estado haciendo, que es ayudar a la humanidad. Aquí tienen a un hombre feliz". [7] Otto murió el 9 de marzo, a los 90 años de edad, obligando a la organización del premio a adelantar el anuncio, previsto originalmente para el 23 del mismo mes.
[1] Borromini: rivalry, illusion and tragedy. Disponible en blog.europeana.eu [inglés]
[2] Biografía de Stefano Ittar, por Maria Grazia D'Amelio. Disponible en treccani.it [italiano]
[3] Bonet, Jordi. L'últim Gaudí, p. 21.
[4] Biografías de George Maher. Disponibles en georgemaher.com / historicfresno.org [inglés]
[5] Biografía de Emil Králíček. Disponible en mujweb.cz [checo]
[6] Giuseppe Terragni: Un Architetto Tutto D'Un Fascio, por Alice Fasano. Disponible en riflessionline.it [italiano]
[7] Comunicado de Prensa, The Pritzker Architecture Prize 2015. Disponible en pritzkerprize.com [inglés]