Construido por la cultura Ychsma durante el periodo Intermedio Tardío (900-1450 d.C.), el denominado "palacio" de Puruchuco es una de las construcciones prehispánicas mejor conservadas de la costa peruana y continúa siendo la fuente de inspiración de muchas generaciones de arquitectos. Este recinto cumplía, durante su ocupación inca (1450-1532 d.C.), las funciones de residencia y centro administrativo para la máxima autoridad local: el curaca. Durante los años 1953 a 1960, el Dr. Arturo Jimenez Borja se encargó de la reconstrucción del palacio en una polémica intervención que incluyó la consolidación de muros, colocación de techos y la construcción del primer museo de sitio de Sudamérica. Mayor información después del salto.
Puruchuco es una palabra quechua que significa "tocado de plumas", haciendo referencia a una indumentaria utilizada en las ceremonias incas de iniciación de la pubertad. La distribución de espacios fue diseñada en base a un calendario ceremonial dedicado a las actividades religiosas que se celebraban en el recinto. En base a este criterio, se han reconocido 4 sectores diferenciados de acuerdo a su uso: el sector A, dedicado a las actividades públicas; el sector B, área privada para los residentes; el sector C, espacio para ceremonias religiosas y el sector D, destinado a la preparación y almacenamiento de productos agrícolas.
El proceso constructivo responde a la superposición de técnicas y estilos correspondientes a una primera ocupación durante el Intermedio Tardío (900-1450 d.C.) y una posterior intervención durante la época incaica (Horizonte Tardío 1450-1532). La arquitectura típica de los asentamientos en el valle del Rímac y Lurín durante el primer periodo se caracterizaba por la utilización de patios, rampas, plataformas y estructuras en forma de U hechas en adobe.
Respecto a las intervenciones que evidencian la ocupación inca y su adaptación a las técnicas de construcción locales, se observan elementos arquitectónicos como vanos trapezoidales de doble jamba (característica distintiva de los espacios de mayor jerarquía) y el uso de nichos triangulares en los ambientes ceremoniales, motivos únicos en Lima que fueron utilizados como hito para mediciones astronómicas.
El material predominante del recinto es el barro, utilizado para levantar sólidos muros de gran tamaño a través de la denominada técnica del "tapial" o "adobón", lo que consiste en el uso de grandes moldes en los que se vacía un conglomerado de barro y aditivos vegetales que generan grandes bloques luego de un proceso de secado al aire libre. Esta técnica, similar a la utilizada en la actualidad para trabajar el concreto, se mantiene hasta nuestros días como un milenario proceso constructivo artesanal presente en la arquitectura vernacular peruana.
La intricada conformación de espacios abiertos y cerrados, el magistral manejo de la iluminación natural, el uso de planos limpios en una fluida secuencia espacial basada en el uso de rampas y la adaptación tanto formal como material con su contexto inmediato hacen de este recinto uno de los referentes más importantes de la arquitectura peruana contemporánea, un libro abierto que aun hoy sigue brindando lecciones de más de 2000 años de antigüedad.
Ubicación: Lima, Perú
Área: 1695 m2
Año: 900-1450 d.C.
Restauración (1960): Dr. Arturo Jimenez Borja
Fotografías: Martín Guerrero, Fabio Rodriguez, Edwin Cahuana
Bibliografía
Tavera Vega, Lizardo. Puruchuco. Arqueología del Perú.
