- Área: 350 m²
- Año: 2015
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Fotografías:Javier Gonzales
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Proveedores: Balsam, Eurocas, Stylos, Tic-Tac
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Con un área aproximada de 350 m2 para las áreas techadas y unos 200 m2 más, para el área de las piscinas y solárium, esta casa de playa se encuentra en medio de un terreno altamente tupido y tropical, a tan solo 5 minutos a pie de su propia playa, y como escenario el mar Caribe.
Se le accede a través de un pequeño jardín que tiene como marco uno de los dos grandes muros que ordenan las tres naves de la casa. Una vez superado este vano se adentra a un pórtico de columnas, donde a un lado se encuentra la gran sala con un amplio “sofá”, realizado en sitio y orientado hacia la piscina y el mar.
Siguiendo por este pórtico y teniendo la piscina de un lado, se encuentra la nave intermedia con las áreas de salón de estar, comedor y, separada por un muro alto, la cocina, detrás de la cual está la zona de despensas y depósitos. Estas áreas son climatizadas con amplios ventanales de aluminio corredizos y puertas de celosías igualmente de aluminio para ventilación y durabilidad.
Todas las áreas de transito están definidas por una altura promedio de 3mts. No así las tres naves donde se quiso tener una condición de mayor amplitud, proveyéndolas con techos inclinados de hasta 5 mts de altura. Asimismo, toda la casa se encuentra levemente elevada y apoyada en un pódium para darle una separación del terreno circundante y la impresión de “flotar”.
Seguido de esta segunda nave y, separada por un pequeño jardín, se encuentra la zona de las habitaciones; este jardín aparte de ofrecer intimidad a la áreas privadas, funciona como uno de los accesos al solárium y la piscina inferior.
La habitación principal se encuentra en la esquina más norte de la casa; enmarcada por el otro muro ordenador y en volado, busca crear una punto focal y de mirador hacia el mar. La ducha del baño principal es uno de los espacios con las vistas más dramáticas.
Todo las habitaciones poseen sus respectivas áreas de baños, los cuales están situados en la parte lateral del terreno y adosadas entre sí para su mejor funcionamiento y privacidad.
En relación a los acabados y la paleta de colores, se escogió el blanco puro como protagonista. Este acabado en blanco general fue una condición expresa de diseño desde el inicio del proyecto, color que contrasta con las típicas casas del Caribe en entornos selvático.
Para el área de habitaciones, se seleccionó de igual manera un acabado de piso de cemento pulido blanco y paredes blancas. Asimismo, la carpintería de los clósets y estanterías se acabó totalmente en blanco para enfatizar en el carácter minimalista de la misma. Los muebles como camas, sofás y bancos de apoyo se realizaron ‘in situ” con un acabado epóxido blanco. Con relación a las ventanas y ventanales se aumentó la dimensión de las mismas para dar mayor luminosidad al espacio y reducir las barreras visuales hacia el exterior.
La iluminación interior fue otro factor que se tomó en cuenta, colocando apliques de paredes y en las zonas de tránsito spots en techos dimerisables. De igual manera se quiso resaltar la condición de “flotar” de la casa colocando unas luminarias pequeñas a todo lo largo del borde de la misma.
La piscina fue otro elemento de importancia en el diseño de la casa; a diferencia de la clásica disposición donde la piscina se encuentra separada de la misma, aquí se quiso dar una condición fundamental y protagónica como si fuera otro espacio social más. Con ese fin, se situó en una posición central, casi como si fuera el patio de la casa. La piscina se proyectó en dos partes: una con más profundidad y en mayor altura, con un borde “infinito”, que derrama sus aguas en la otra, que enmarcando el solárium, es llana y alargada y de un carácter relajado y contemplativo.
Para los acabado del solárium y áreas exteriores se escogió Coralina, dándole continuidad al lenguaje minimalista blanco de la casa.
