- Área: 7000 m²
- Año: 2006
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Fotografías:Tuca Reinés
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Situado en la confluencia de tres ricos valles, entre pintorescas laderas y espectaculares crestas en el corazón de las montañas de la Sierra de Mantiqueira, sur-este de Brasil, el Hotel & Spa Botanique se encuentra envuelto y rodeado por exuberantes bosques subtropicales, a 1.200 metros sobre el nivel del mar.
El proceso de proyecto empezó por el estudio del tejido de construcciones de las áreas vecinas. En la ciudad principal más cercana encontramos gran cantidad de casas particulares del siglo 19 que, aunque estando en Brasil, siguen un estilo normando. En consecuencia, la arquitectura tenía que tratar con el estilismo europeo “prestado” a la vez que se introducía una apariencia contemporánea sin comprometer la autenticidad del conjunto.
Por otra parte, todo el diseño del complejo fue desenvuelto bajo el concepto de combinar elegantemente la colección de maderas recuperadas del dueño con el bonito medio ambiente. El cliente pasó muchos años recuperando y coleccionando de diferentes fuentes lindos y raros elementos de madera como vigas, pilares y parqués, con la idea de darles una nueva vida en la que acabaron convirtiéndose en los edificios que componen este proyecto. Más de 250 metros cúbicos de antiguas piezas de madera (algunas fechadas en más de 120 años) fueron usados en suelos, paredes y elementos estructurales, probando la espectacular durabilidad de la madera como material de construcción.
La arquitectura del Hotel & Spa Botanique propone pues la experiencia de tener una construcción de madera situada en el corazón del propio origen de su materia prima: el bosque.
El complejo entero consiste en un edificio principal que contiene seis habitaciones, un restaurante y un spa. Separadas de este edificio fueron diseñadas siete “villas” como una serie de vistas, dormitorios, hogares y cautivadores baños conectados todos entre sí, aportando continuidad a una secuencia de experiencias.
El diseño del edificio principal se centró en armonizar las cubiertas puntiagudas que flotan sobre la monumental fachada de cristal, creando alegres asimetrías y mezclando materiales autóctonos como la piedra local y la madera. Un estilo único y auténtico apareció en cuanto grandes volúmenes de piedra, elevadas fachadas de cristal, placas de pizarra color chocolate y vigas y pilares de madera recuperada se combinaban entre ellos.
La belleza de la madera recuperada, rugosa, áspera y con sus juntas atornilladas, fue deliberadamente expuesta, yendo más allá de su natural función estructural y convirtiéndose así en un elemento clave de la estética del edificio y de la arquitectura de interiores. Otro elemento que enriqueció la apariencia del proyecto fue el hecho de trabajar codo con codo con los ingenieros especializados en estructuras de madera, provocando que ante complejas situaciones estructurales surgieran ingeniosas soluciones técnicas.
En la concepción de las “villas” se intentó sacar la máxima ventaja de cada implantación individual, creando todas las plantas diferentes pero dándoles una identidad común a la vez. Básicamente se posicionaron los chalets considerando su accesibilidad de manera que no interfiriesen en la topografía existente.
Las enormes piedras locales contribuyeron a mantener el ambiente temperado en combinación con la madera, manteniendo los elementos principales dentro de una paleta de color relajante basada en matices de amarillo. Así que el verde del bosque circundante fue el único color permitido a yuxtaponerse encima del amarillo natural de las piedras y de los tonos de madera que envuelven los edificios. Gracias a la ligereza y transparencia de la monumental fachada de cristal, el verde natural de fondo aparece como una hermosa composición parte del diseño de interiores.