- Área: 18451 m²
- Año: 2013
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Fotografías:Roland Halbe
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Recuperar la ciudad para la ciudad.
El Palacio de la Aduana, situado en el corazón de Málaga, en pleno eje cultural junto a elementos tan emblemáticos como la Catedral, el puerto, el Teatro Romano y la Alcazaba, entre otros, es testigo y protagonista de los dos últimos siglos de la ciudad.
Todo ello, junto al innegable valor arquitectónico de este edificio neoclásico, terminado en 1829, hacen de él un lugar más que adecuado para que, en una nueva etapa de su existencia, se destine a Museo de Bellas Artes y Arqueología de Málaga. En cualquier caso y a pesar de todas las ventajas enumeradas era necesaria una serie de actuaciones en la globalidad del edificio encaminadas a posibilitar su uso como museo.
Estas actuaciones se desarrollaron en los siguientes ambitos:
El ámbito urbano:
El palacio había vivido hasta ahora ensimismado, volcado hacia sus entrañas y con un difícil acceso. Su presencia y uso había llegado a ser expresión de opresión en tiempos pasados. Por ello se entendió como objetivo fundamental la integración con su entorno de manera que la ciudad formal e históricamente pudiera acceder a su interior al abrirse sus puertas y ventanas. Las nuevas conexiones urbanas, los accesos y la unión de espacios exteriores e interiores responden a ello.
El ámbito arquitectónico:
La actuación se ha planteado desde el respeto y potenciación de la condición histórica y monumental del edificio, buscando una perfecta adecuación para ser instrumento del cumplimiento de los objetivos que se le han asignado, siendo conocedores del momento arquitectónico en que se actúa por lo que el diálogo entre edificio histórico y planteamientos actuales fue una premisa de partida fundamental.
Las obras llevadas a cabo para ello se definen de la siguiente manera:
Intervenciones generales: el Palacio de la Aduana sufrió en 1922 un terrible incendio que supuso la mayor transformación de toda su historia en el aspecto y configuración del edificio. Ardieron sus plantas altas, desapareciendo toda la cubierta y forjados intermedios. En las obras de reconstrucción que se realizaron a continuación, estos fueron sustituidos por otros de estructura metálica y por una cubierta plana, con lo que se modificaron las proporciones originales del edificio.
Las obras llevadas a cabo recientemente han consistido en:
1º vaciar el volumen cúbico y eliminar las estructuras añadidas hasta el nivel en el que se conservaron los elementos originales (planta baja de bóvedas-suelo de planta primera) y todas las fachadas.
2º construcción de un nuevo volumen, que al introducirse entre las fachadas existentes y mediante su separación en tensión con los planos existentes horizontales de suelo y verticales de fachadas, se da lugar a los espacios necesarios.
El proyecto también ha resuelto el sistema general de circulaciones, tanto de personas como de bienes culturales, así como la distribución de las instalaciones en todo el museo. Esto ha sido posible gracias a la construcción de tres núcleos, cada uno con un uso especializado (uso público del museo, uso público a museo cerrado y uso interno) y a la finalización y adecuación de sus escaleras históricas, completándose así la posibilidad de recorrer todo el edificio.