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Arquitectos: Rama Estudio
- Área: 237 m²
- Año: 2015
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Fotografías:Xavier Burneo, Roberto Alban Torres
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El proyecto se desarrolla en un lote esquinero y amurallado, al centro-norte de la ciudad de Quito, en donde encontramos una casa de estilo moderno construida en los 80`s. A través de los años, la propiedad ha sufrido algunas modificaciones y ha permanecido deshabitada por algún tiempo.
El requerimiento inicial fue habilitar este espacio como un comedor ejecutivo durante el mediodía.
Desde el inicio de la intervención, la espacialidad y ubicación de la casa evidenciaron un mayor potencial, por lo que el proyecto cambia de dirección.
La nueva propuesta de uso fue un Bar Restaurante abierto durante el día y la noche, el mismo que cumpla las funciones de restaurant ejecutivo por la mañana y atienda a las necesidades del sector con un componente de ambiente urbano y cultural por las noches.
La base del diseño fue minimizar la intervención, reutilizar lo existente y optimizar recursos. Se parte por descubrir los parches que se le habían hecho a la casa, dejando marcadas las huellas al abrir los espacios para su nuevo uso. Los elementos como paredes, puertas, ventanas preexistentes se convirtieron en materia prima para la nueva propuesta.
Es así que elementos que se extrajeron de la casa en el proceso de demolición volvieron a ella para configurar el nuevo espacio. Las ventanas fueron soldadas entre si y se convirtieron en puertas, los ladrillos de las paredes conforman ahora el contra piso del área de parking, los pisos interiores pertenecientes a la casa fueron tratados para su re utilización, se respetó la vegetación del lugar y se la re incorporo como parte del espacio.
El proyecto se valió de varias disciplinas durante todos los procesos de diseño. Se incorpora lo artesanal en tratamiento de materiales, lo urbano con el nexo del grafiti, lo industrial con piezas reutilizadas y adaptadas a las necesidades.
Se decide colocar como único elemento “ajeno” al espacio, al arte es así que todas las piezas nuevas son soporte o arte en sí mismo.
Se aprovecha la coyuntura del proyecto para generar un taller de grafiti dictado por los artistas y diseñadores Jaime Villaroel y Verónica Ibarra, la propuesta sería producida fuera de la obra en paneles de 2.20x2.20 armados con duelas de madera recicladas. El taller fue el nexo entre el arte urbano y el aprendizaje de sus técnicas con la propuesta arquitectónica. Posteriormente los paneles se ubicaron de manera aleatoria en el lugar dando como resultado una composición desfragmentada con referencia a la marca y logo de GLITCH (error de software, por ficheros codificados o dañados, que al ser leídos forman figuras o imágenes erróneas)
Piezas extras:
-Una maquina tejedora de 6.30 mts de largo, que atraviesa dos ambientes generando una continuidad entre interior y exterior a manera de barra del bar y mesa en el exterior.
-Lámparas construidas en obra con envases de vidrio de 5000ml para conservas de alimentos.
-El lava copas del bar está hecho con el fondo de un tanque calentador de agua, que se encontraba en la casa.
-Una estructura con cables tensados de los cuales se descuelga una galería itinerante de arte y fotografía, en las que inicialmente se mostraran fotografías del proceso de construcción del nuevo espacio y fotografías del taller de grafiti para el proyecto, la galería está planteada para que en cualquier momento otra exposición pueda ser implementada.
-Mobiliario o en tableros de triplex optimizados, cortados en router con un mínimo desperdicio.