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Arquitectos: MANO Arquitectura
- Área: 735 m²
- Año: 2014
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Fotografías:Luis Carbonell
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Aïguablava es una playa pequeña en la Costa Brava de Catalunya, abrazada por montañas de poca altura, donde las casas se asoman al mar entre los verdes pinares.
A lo alto en una parcela completamente plana, nuestros clientes compraron una casa de nueva construcción. Recuerdo que me llamaron para pedirme si podía ayudarlos a adaptar la casa a sus verdaderas necesidades. Yo estaba un poco desilusionado, habíamos estado buscando una parcela donde construir una casa nueva y tenía toda la ilusión puesta en este proyecto. Les pregunte por que habían comprado una casa así, que no se ajustaba en nada a la descripción de lo que ellos querían. Me contestaron que era la única parcela plana que habían podido encontrar y que las vistas eran maravillosas.
La casa original, de planta baja y subsuelo, tenía una fachada que daba a la mar, formada por un muro perimetral de obra, con ventanas no muy grandes y una distribución muy fragmentada.
Ellos me dijeron: “¡Queremos ver el mar! lo mejor de esta casa es la vista y cuando estamos dentro, prácticamente no se puede apreciar. También queremos que los espacios sean más grandes, no necesitamos tantas habitaciones”.
A partir de ahí, lo que empezó como un pequeño proyecto se fue convirtiendo en una gran intervención. La forma en planta de la casa ya estaba definida debido a que la edificabilidad estaba al máximo, con lo cual decidimos respetar el perímetro para así poder aprovechar la estructura original.
Decidimos dejar solamente los usos públicos y la habitación principal en planta baja, el resto de habitaciones se ubicarían en planta subterráneo. Nos encontramos con el problema de la iluminación y la calidad espacial del subsuelo. Para eso, proyectamos dos patios por delante y por detrás de la casa que nos permitieron abrir grandes ventanas y construir 3 habitaciones.
Resuelto el problema de las habitaciones, solo quedaba abrir toda la planta baja para convertirla en un único gran espacio, solo un portón corredero independiza la habitación principal durante la noche.
El perímetro de la fachada se recortaba en todo su frente e impedía abrir grandes ventanas. Para ello, decidimos reemplazar el muro de obra por uno de cristal, haciendo así una única piel que recorría todo el frente de la casa. De esta manera conseguimos una visión panorámica desde cualquier punto de vista, que a la vez se filtraba por los innumerables reflejos de los cristales, haciendo que, desde cada ángulo la percepción sea diferente.
Para resolver el problema de la exposición de las ventanas al sol directo, proyectamos una gran pérgola de hormigón de más de 30 metros de largo sin ningún apoyo intermedio que nos permitía protegernos de la incidencia directa. Esta gran pérgola, también crea espacios intermedios exteriores protegidos, para estar y comer durante los días de verano.
