El pasado 20 de marzo, se anunció el sismo más potente en los últimos 26 años en la ciudad de México, registró 7.9 grados en escala Richter, causando conmoción en los capitalinos. En el conjunto urbano Nonoalco Tlatelolco, proyectado por el arquitecto Mario Pani, en 1964 en la delegación de Cuahutémoc, los habitantes se conmocionan con las afectaciones menores que su vivienda ha sufrido, desprendimiento de recubrimientos y rompimiento de pavimentos.
El suceso pone en discusión la seguridad de los inquilinos, recordando que en 1985 el sismo derrumbo gran parte de las construcciones de la zona. En base a ello, el arquitecto Santiago Jordá Salazar, Gerente de Supervisión del Programa de Reconstrucción de Nonoalco Tlatelolco del año 1986, habló sobre la situación de los 32 edificios de Tlatelolco, a los habitante de ésta zona, los cuales a partir de ahora tienen el derecho de conocer el estado de su vivienda por medio de información de primera mano, dominando el procedimiento óptimo de evacuación y resguardo en caso de una nueva catástrofe, debido a la falta de mantenimiento y refuerzo estructural de los edificios.
El conjunto Tlatelolco constituía una revolución en muchas sentidos, la implantación de la verticalidad como modo de vida, la introducción de un extenso hábitat autocontenido con gran infraestructura y equipamiento urbano para la densidad poblacional de la ciudad de México. Posteriormente el proyecto original tuvo en su construcción, mismos cambios que se han diversificado con el tiempo a raíz de los sismos en 1985 y con la antigüedad misma del conjunto habitacional. Actualmente los edificios Michoacán, Guanajuato, ISSSTE , Ignacio Ramírez y Coahuila, tienen una inclinación del 1.5% (siendo el 1% el máximo permitido por seguridad) razón para que las autoridades correspondientes y tomen medidas preventivas y sobretodo de reforzamiento estructural a partir éstos nuevos sismos en el país.