- Área: 274 m²
- Año: 2013
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Fotografías:Mito Covarrubias
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Pareciera que la casa habitación es el tema más simple para un arquitecto. Todos hemos vivido en una casa, todos sabemos cómo es una casa, todas las casas son más o menos iguales. Por eso pareciera que hacer una casa es simple, pero cuando hay que abordar nuevamente la casa habitación para una familia y hay algunas variables que dificultan la maniobra, el tema se convierte en el más complejo.
Es el caso de la Casa Zenit que tiene un terreno con poca superficie y un programa muy abultado, lo que obliga a hacer una solución en tres plantas.
Primero un semisótano que aloja cocheras y zonas de servicio junto con lavandería y una bodega. Enseguida planta baja a la que hay que subir desde el nivel de la calle y que tiene un estudio, cocina con su alacena y sala comedor. Entonces la planta alta con dos recámaras con baño vestidor cada una, un family privado y recámara principal con su baño vestidor, además de una pequeña lavandería extra.
Todo este programa en un pequeño terreno que mide 230 m2 y que tiene tres servidumbres –nos podemos pegar hacia un lado pero debemos dejar las otras dos intactas-, complica mucho la maniobra. Así que de lo que se trata este proyecto es de resolver las necesidades de una familia dándoles dimensiones generosas y condiciones lo mejores posibles con los menores recursos espaciales existentes.
El terreno está frente a un retorno, por lo tanto la casa se planta como el remate de la calle y muestra frontalmente una caja flotada con las ventanas de las dos recámaras de los niños con celosía de madera diseñada por el artista plástico Adrián Guerrero, la cual hace las veces de postigos contemporáneos de madera que se abren y se cierran en verano o en invierno.
Un family room en planta baja con una ventana muy baja para controlar la privacidad, le da una estética muy especial a la fachada; y los servicios en el semisótano permiten una cochera de una amplitud inusual.
Se aprovecha el corazón de la casa –el espacio con condiciones más desfavorables- para alojar ahí las circulaciones que conectan toda la casa, en el sentido horizontal y vertical. Es ahí donde suceden las escaleras que se construyen en láminas metálicas forradas de madera que otorgan una gran transparencia para que este punto tan concurrido sea diáfano y transparente.
Por ser el único espacio que no tiene acceso al exterior se construye ahí un tragaluz, también obra de Adrián Guerrero, que es el motivo del nombre Zenit: un plafón de madera suspendido en la parte alta de la casa con un dibujo que se ve reflejado de manera precisa en el piso únicamente cuando el Sol está en el zenit. Así, cuando baja la luz en la vertical a plomo, se proyecta el dibujo de la pieza artística en el vestíbulo principal.
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