En COEXIST, el arquitecto Miquel Pol Barceló propone la creación de un centro multireligioso a raíz de la actual falta de equipamientos socio-culturales en el distrito Nou Barris de Barcelona, resolviendo -según el autor- un problema social latente en la ciudad catalana. "Se busca un artefacto urbano capaz de acabar con la discriminación y la marginalidad, el nacimiento del Centro Multirreligioso", señala el arquitecto.
Conoce esta interesante propuesta, después del salto.
Según el arquitecto: el ser humano se encuentra en constante evolución, lo cual conlleva cambios en su manera de vivir que se transmiten inevitablemente a aquello que entendemos por arquitectura. No podemos olvidar aquella premisa, establecida hace más de dos mil años por Vitrubio. La arquitectura es la suma equilibrada de tres factores: firmitas (firmeza), utilitas (utilidad) y venustas (belleza). Entonces, si la arquitectura surge directamente de la utilidad, y la utilidad responde a la necesidad, en el momento en que cambia el modo de vida de las personas, aparecen nuevas necesidades a las que tendremos que dar respuesta con nuevos modelos arquitectónicos.
El ser humano se encuentra en constante evolución, y la arquitectura también. La globalización imperante que rige nuestra sociedad ha acercado personas, compartido información y unificado culturas. El cambio en las formas de vida durante los últimos cuarenta años ha sido tan rápido que la arquitectura a menudo ha ido un paso por detrás de la sociedad, satisfaciendo sus demandas a posteriori. El proyecto propuesto es la creación de un nuevo concepto espacial, de equipamiento, que resuelva un problema social que empieza a surgir des de hace unos años, pero al cual nadie ha puesto solución todavía. Se busca un artefacto urbano capaz de acabar con la discriminación y la marginalidad, el nacimiento del Centro Multirreligioso.
Para desmitificar que este es un proyecto utópico, decir que está profundamente ligado a la realidad, de tal modo que la idea surge como respuesta a una de las necesidades reveladas por el profundo análisis urbanístico del distrito de Nou Barris, en Barcelona. Esta es la falta de equipamientos socio-culturales y/o religiosos en Torre Baró. Por tanto, es la solución planteada a un problema real, y pensada para un emplazamiento real.
El estudio sobre la viabilidad del proyecto se extiende a todos los niveles: urbano, social, económico, histórico, moral.
El análisis urbanístico y social refleja las necesidades de una población con elevado porcentaje de inmigración y alto índice de marginalidad, que (no por casualidad) se dispone en el barrio periférico de Torre Baró. Este barrio aparece en los sesenta por la población obrera que llega a Barcelona, atraída por el desarrollo industrial. Gente sin recursos, que levanta pequeños edificios de autoconstrucción, a los pies de la Sierra de Collserola, con un urbanismo caótico y desconectado del resto de la ciudad. Debido a la falta de conexión la zona esta desprovista de equipamientos públicos, aunque en los últimos años se está realizando un esfuerzo para reactivar el barrio.
El estudio refleja además la opinión de los principales dirigentes de cada religión en Barcelona, gracias la entrevista realizada por el Departamento de Diálogo Interreligioso de la UNESCOCAT en 2008, sobre la posibilidad de compartir el espacio y las características que debería tener.
Con todo ello se piensa el centro multirreligioso estableciendo premisas clave que debe cumplir, como:
- Crear espacio público y de reunión ciudadana.
- Adaptarse al terreno.
- Crear un hito urbano, elemento caracterizador del barrio.
- Neutro y polivalente.
- Estar perfectamente conectado.
El proyecto físico-arquitectónico aparece en una parcela alargada y estrecha, con cierta curvatura, que es determinante para la concepción del centro. La propuesta trata de apoderarse de la sensualidad que ofrece el lugar, a través de un complejo juego de alineaciones y curvas. Tal como dijo Miralles “La curva potencia la recta, a la vez que la recta potencia la curva”.
La solución a la cual se acaba llegando es fruto de un complejo proceso de ida y vuelta en todos los aspectos que componen el proyecto. Y es que podemos afirmar que el proceso de creación arquitectónica no sigue una metodología lineal, sino que más bien podríamos asimilarlo a un gráfico de ondas que se van amortiguando, tendiendo al resultado adecuado en cada caso.
Las partes de organizan de manera transversal a la direccionalidad de la parcela, permitiendo así una mejor adaptación al entorno, creando volúmenes de diferentes alturas, y ofreciendo un aspecto de construcción aterrazada similar a la tipología edificatoria propia del lugar.
Además, el trabajo en sección permite fragmentar el programa y ordenarlo muy claramente, además de la mejora acústica que conlleva para el correcto desarrollo de las actividades que se llevaran a cabo.
Con ello se desarrollan dos espacios exteriores claves para la propuesta, púes en ellos se producirá el verdadero intercambio religioso o cultural. Dos plazas públicas, con distinto rango de privacidad, que crean dos núcleos de polaridad entorno a los cuales discurren las circulaciones del equipamiento. A la vez, estas circulaciones se entremezclan para conectar las diferentes partes del proyecto entre ellas y con el exterior.
El conjunto, hermético para protegerse del ruido de la calle, genera grietas verticales entre sus partes que materializan accesos en todas las direcciones, y armonizan con las nombradas circulaciones.
Resolución constructiva
El proyecto se desarrolla a partir de una estructura de muros y forjados macizos de hormigón armado, que son a la vez: espacio, estructura y envolvente exterior.
Aunque la resolución constructiva del centro no es ninguna virguería tecnológica, se ha intentado buscar siempre la economía de medios y el realismo. Un tipo de construcción de calidad pero relativamente económica, donde los materiales más lujosos (como los cubos de cobre que generan los accesos a las salas de culto) pueden ser sustituidos por otros que cumplan su función de manera muy similar pero significativamente más baratos (como el acero).
Debido a que el edificio se asienta dando la espalda a terraplén de gran altura, el elemento estructural más importante y complejo de la obra es el muro pantalla que recibe el empuje de esta masa de tierra. Esta carga horizontal se transmite parcialmente a los forjados que arriostran la pantalla y a los anclajes permanentes, disipando así el exceso de carga. Por otro lado, en los espacios más grandes a cubrir sin apoyos intermedios, será necesaria la aparición de jácenas de canto de dimensiones importantes (hasta 1m), que a su vez se aprovechan para generar los característicos lucernarios del proyecto.
Para evitar la aparición de juntas horizontales de hormigonado en fachada, en la cota de los forjados, se construirán los elementos en el siguiente orden: muro pantalla (para poder realizar la excavación de la parcela y trabajar en ella). En segundo lugar los cimientos y sobre ellos los muros de hormigón armado hasta su cota máxima. Por último, los forjados, ligándolos a las esperas previamente dispuestas en la cara interior de los muros de hormigón estructurales durante su ejecución.
Concurso
Proyecto Final de CarreraNombre de la Obra
COEXIST. Centre multireligiós a Torre Baró, Barcelona.Arquitectos
Miquel Pol BarcelóUbicación
Nou Barris, Barcelona, Barcelona, SpainTutores
Jordi Hidalgo, Alejandro Sibils y Josep Maria TorreÁrea
3270.0 m2Año Proyecto
2014Fotografías
Cortesia de Miquel Pol Barceló
