Dentro del marco del festejo del 50° aniversario de la creación y fundación de la Facultad Mexicana de Arquitectura, Diseño y Comunicación de la Universidad La Salle, se convocó a arquitectos, arquitectos paisajistas y estudiantes de la carrera de arquitectura de cualquier institución del país a participar en el concurso Atrium La Salle, en donde cada participante proyectaría una intervención arquitectónica pública dentro de las instalaciones de la universidad.
El tema proyectual del concurso fue la integración del espacio público con las necesidades de convivencia tanto de los estudiantes como de otras personas que utilizan las instalaciones de la universidad. Con la participación de más de 160 concursantes de todo el país, el ganador fue el Proyecto #055, formado por los arquitectos: José R. Muñoz Villers, Miguel Aguillón Luna, Carlos Marín y Hugo I. Sánchez Toledo.
Más información sobre el proyecto ganador a continuación.
El espacio a intervenir fue un gran patio donde se albergan canchas deportivas, cafetería, áreas de lectura y ocio operando desarticuladamente, debido a que dichos programas han dado respuesta parcial a las demandas que a través del tiempo la universidad ha requerido.
Cuando se tiene el reto de intervenir un espacio público, es fundamental entender las fuerzas que han generado las funciones y programas existentes en dicho espacio, su relación con el contexto, con el usuario y su desempeño como pequeña célula dentro de la ciudad, fue así como los ganadores abarcaron el tema proyectual para su propuesta.
Como resultado, el proyecto ganador generó un vacío de uso-espacio, presentando proyecto integral para la convivencia estudiantil a través de un foro de usos múltiples al área libre para 400 espectadores; 3,250m2 de áreas verdes y zonas de lectura; cafetería y locales para atender a 250 personas; 300m2 de terrazas; bodegas, áreas verdes, accesos dedicados y el re-ordenamiento de un parque público adyacente.
La estrategia presentada extruye tectónicamente la plataforma del Centro Cultural Vladimir Kaspé para lograr una conectividad ininterrumpida entre los edificios existentes y los espacios públicos que los rodean. Dicha conectividad es también implementada entre el área del patio central y la cafetería y servicios, a través de dos taludes con rampas peatonales.
El dialogo y conectividad entre el espacio privado del campus y el contexto urbano fue también un factor ganador de esta propuesta, conteniendo estos espacios dentro de un pasaje de celosias que lo integran con una gran sencillez. Otro factor, fue la integración de fuentes de energía alternativas en los espacios residuales de los edificios.