- Área: 3330 m²
- Año: 2014
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Fotografías:Onnis Luque
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Cuexcomatitlán es un pequeño poblado ubicado a la orilla del Lago de Cajititlán en Tlajomulco de Zúñiga, Jalisco. Es uno de los asentamientos humanos más antiguos de la región, con una Casa Conventual de Indias de 1751 –hoy convertida en delegación municipal- y un templo al lado, de dimensiones pequeñas, construido hacia 1750.
Con la carencia de un ademán urbano hacia la laguna, el proyecto arquitectónico es la oportunidad para corregir este rezago. Por ello, el proyecto es eso: la oportunidad de un encuentro entre las viviendas y el cuerpo de agua, de la mejor forma en que esto pueda suceder, es decir, mediante un espacio público. Es así como nace la idea de hacer un malecón que permita esta confluencia entre lo construido y el borde de la laguna.
Sumado a lo anterior, este proyecto viene a complementar un propósito más ambicioso que es el de ser origen y destino de las travesías en barco o lancha de Cuexcomatitlán al Malecón de Cajititlán también proyectado por la firma en 2011.
Por tanto, Cuexcomatitlán tiene un andador que es plaza pública y también un borde de árboles que inicia con tres sabinos preexistentes, razón por la cual se siembran más ejemplares de esta especie en el lugar. Enseguida se construye una pérgola que producirá sombras, las cuales permitirán a su tiempo pasar largos ratos bajo la protección solar.
Esta pérgola, sostenida por una serie de contrafuertes de piedra –que recrean de alguna manera el muro del templo que da hacia la plaza-, será revestida por una enredadera que le ha sido sembrada y que luego de subirse, será una gran barrera verde.
Los materiales han sido escogidos de manera que resulten acordes con los del Malecón de Cajititlán ya que por un lado se trata de un mismo sistema acuífero, una misma zona urbana, y muchos han resultado exitosos a tres años de distancia.
Pero por otro lado también se buscó dotarlo de una personalidad propia, por eso los muros de piedra con cenefa de piedra volcánica y una serie de esferas que son propuestas por el artista plástico Adrián Guerrero. Esta forma geométrica fue escogida ya que está presente en muchos elementos arquitectónicos de las primeras construcciones del lugar. La encontramos labrada en algunas piedras del templo, en ventanas, y finalmente termina por hacerle un culto o festejo al vacío.
Esto responde al hecho de que en Tlajomulco de Zúñiga se ha encontrado un significativo número de vasijas prehispánicas y se trata de un objeto de connotación utilitaria, está hecha para contener algo, por eso el vacío es lo que la hace útil. Por eso la esfera es un homenaje a esta manifestación prehispánica de barro a través del positivo, o bien del lleno, se reconoce al vacío, al hueco.
Por esa razón las hay que están a la mitad, a la cuarta parte, tres cuartas partes o casi completas, emergiendo de la tierra, como si hubieran sido arrojadas a la laguna y colocadas lúdicamente sobre la plaza. Estas grandes bolas de cantera han sido la delicia de los niños ya que las usan como canicas gigantescas y le dan al lugar una personalidad propia.
Una combinación entre arquitectura, naturaleza y arte –a través de elementos extraordinariamente sencillos-, es la respuesta para que Cuexcomatitlán se encuentre con el agua y le de a sus pobladores un espacio de disfrute y recreación.
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