"La construcción de una vivienda requiere de tiempo y dinero", dice Marcio, un residente local de “Complexo do Alemão”, una de las numerosas favelas de Río de Janeiro, mientras me hace un recorrido por su casa. Esta es la razón por la que las viviendas a menudo se construyen en el transcurso de varias generaciones: se puede establecer un piso, se erigen unas columnas (con estructura de fierro sobresaliente), y se instala una techumbre liviana, pero todo esto es sólo para demarcar el lugar donde el próximo constructor debe terminar el trabajo. "La construcción de un techo con tejas, no es un signo de la riqueza aquí, más bien significa que no hay suficiente dinero para continuar la construcción de la casa ", explica Manoe Ruhe, un urbanista holandés que ha vivido en la favela durante los últimos seis meses.
Un arquitecto que siempre ha estado fascinado por la manera de vivir de la gente, ha venido a hacer una residencia en El Barraco # 55, un centro cultural en el “Complexo do Alemão”, con el fin de aprender cómo sus ciudadanos se dedican a la construcción de sus comunidades. Tenía muchas preguntas: ¿Existen reglas de construcción? ¿Cuáles son las características comunes de cada casa? ¿Siguen la misma tipología? ¿Cómo son los interiores de las viviendas? ¿Qué técnicas de construcción y materiales se utilizan?
Marcio creció en una vivienda de un piso, con techo a dos aguas, que su padre construyó. Hace veinticinco años, construyó un segundo piso; hoy se ha reanudado el trabajo y está construyendo poco a poco una tercera planta.
Eduardo está en una situación similar, está tratando de construir su propia casa encima de la de su madre: "Hice dos áreas separadas, una en la que vivo y una más pequeña que puedo arrendar o utilizar como un estudio de música". Esto es muy usual en la favela, donde una familia arrienda diferentes pisos de su casa a parientes o conocidos. Las casas situadas en la calle principal tienden a utilizar la planta baja para comercio.
Los materiales constructivos deben cumplir con tres criterios principales: ser de bajo costo, suficientemente ligeros para ser transportados en la espalda de los hombres, y lo suficientemente pequeños para pasar a través de las estrechas calles de la favela. Como resultado, todas las casas están construidas con ladrillos; pilares de hormigón se utilizan para la estructura; los pisos están hechos de vigas de piso y losas; y el techo es casi siempre de planchas de planchas de zinc acanaladas.
Algunas personas contratan maestros, sobre todo para las tareas más técnicas - como el moldaje de losas o la colocación de las planchas de cubierta. Sin embargo, muchos construyen sus casas con la ayuda de amigos, que les prestan una mano los fines de semana. A veces también hacen un trueque - Eduardo compró los azulejos de la fachada de la casa de un amigo a cambio de ventanas, que su amigo se instalará.
Si bien no hay reglas oficiales para construir en la favela, hay una ley de respeto mutuo. Eduardo me dijo que decidió no instalar una ventana de su dormitorio, ya que se habría abierto directamente a la casa de su vecino. Después de todo, la favela es un mundo pequeño, donde todos se conocen y hablan con todos de los demás, por lo que deben llegar a acuerdos pacíficos entre ellos. Dicho esto, ya que un piso adicional casi siempre obstruirá la vista de un vecino; es común dejar un espacio de al menos un metro entre cada casa.
Mientras el exterior de las viviendas de una tipología más comercial, puede ser pintado o con revestimiento cerámico, en general, las fachadas son bastante austeras: casi todos dejan el ladrillo a la vista hacia la calle; aparatos de aire acondicionado y antenas sobresalen de las paredes; uno o dos grandes tanques de agua se colocan en el techo para proporcionar agua corriente; y las ventanas están protegidas con rejas de acero, que a menudo tienen formas de estrella.
Los interiores, en cambio, son una historia diferente. En general, los espacios interiores están bien cuidados y limpios, pintados y decorados, y casi todos tienen un gran televisor como elemento central. Las baldosas son de uso frecuente en fachadas, paredes, escaleras y pisos. Actualmente está de moda embaldosar el suelo de la última planta, una terraza que se utiliza para lavar y secar la ropa, y también para reuniones sociales; en el icónico "patrón de Copacabana". Las paredes interiores del piso de la terraza, también son pintadas en colores especialmente brillantes: azules, verdes, morados y amarillos.
Sin embargo, los espacios interiores pueden ser bastante oscuros: los modelos típicos de ventanas, hechos de policarbonato con marcos de aluminio, son pequeños. Esto es debido a los costos, pero también para proteger los interiores del inclemente sol y lluvia del clima tropical de Río de Janeiro.
A primera vista las favelas, para mí, eran una impresionante masa caótica: olas de viviendas que invadieron todos los espacios libres. Sin embargo, yo estaba mirando con ojos acostumbrados a ver calles delineadas, con espacios abiertos y una organización formal. Tuve que adaptarme a un nuevo mundo, uno de calles estrechas y escaleras empinadas, de pequeñas ventanas con vistas a callejones oscuros en donde cuelgan y se enredan los cables eléctricos. Una vez que lo hice, tuve la oportunidad de ver cómo la favela sigue sus propias reglas, su propia lógica y sus propios códigos.
Este artículo fue escrito por Solène Veysseyre, un arquitecto francés que ha trabajado en Bruselas, Bélgica y Santiago de Chile; fue editado y traducido por Vanessa Quirk, directora editorial de ArchDaily.
