
A veces las soluciones más simples son las más revolucionarias e impactantes. Durante la crisis energética en Brasil en 2002, el mecánico Alfredo Moser desarrolló una forma asequible y eficaz de iluminar ambientes interiores durante el día. Utilizando tan solo una botella de PET instalada en el techo, llena de agua y lavandina, aprovechó la refracción de la luz solar para llevar luz a espacios hasta entonces inmersos en la oscuridad. En viviendas autoconstruidas, donde los sucesivos anexos a menudo comprometen la entrada de luz natural y ventilación, esta solución marca la diferencia. Denominada "lámpara de Moser", el invento genera una iluminación equivalente a una lámpara de 60W y se ha difundido por todo el mundo a través de diversos informes. Desde entonces, el proyecto ha seguido evolucionando y adaptándose a las necesidades de las comunidades actuales, transformando vidas a través de una solución tan simple como altamente inteligente.
En 2011, el filipino Illac Diaz, fundador de la Fundación MyShelter, tomó conciencia de esta idea y la adoptó para crear el movimiento "Litro de Luz", con el objetivo de llevar iluminación sostenible a comunidades sin acceso a la electricidad. En Brasil, la institución inició sus actividades en 2014. "De hecho, Litro de Luz en Brasil, cuando nació, ya no se fabricaba con botellas de PET. No llegamos a instalar la lámpara de Moser, sólo en una primera acción en Florianópolis, pero desde entonces siempre utilizamos sistemas solares", explica Tayane Costa, gerente de Marketing y Alianzas de la ONG Litro de Luz Brasil. Esta elección permitió que nuestras soluciones iluminaran las comunidades también de noche, ampliando su impacto. Desde entonces, la organización creció y se consolidó, llegando a alrededor de 150 comunidades en Brasil. Su objetivo es brindar iluminación segura y sustentable, empoderando a las comunidades en el proceso y contribuyendo así a mejorar la calidad de vida y la seguridad en las áreas atendidas.

Soluciones tecnológicas y bienestar comunitario
La iluminación influye directamente en la salud física y mental, brindando seguridad y permitiendo a las personas realizar actividades esenciales, como estudiar y trabajar, incluso después del anochecer. Aunque parezca una realidad impensable, se estima que más de 600 millones de personas siguen sin acceso a la electricidad. "Nuestro trabajo es mucho más social que tecnológico. La iluminación es sólo una partícula en medio de varias transformaciones que traemos a estas comunidades", enfatiza Tayane. Con la llegada de la luz, muchas comunidades fortalecen sus vínculos sociales y crean un ambiente más unido, listo para prosperar colectivamente. Actualmente, la organización está desarrollando tres soluciones principales para llevar iluminación sostenible a comunidades sin acceso a electricidad: postes solares, lámparas solares y sistemas internos fijos. Cada una de estas tecnologías tiene un impacto directo en la seguridad, la salud y el bienestar de las personas atendidas:
Los postes solares para iluminación exterior se construyen con materiales asequibles y tecnología sencilla, utilizando botellas de PET, pequeños paneles solares, baterías y lámparas LED. Estos puestos mejoran la seguridad en comunidades que viven en la oscuridad, reduciendo el riesgo de accidentes y delitos durante la noche. Además, contribuyen al desarrollo local al permitir que las pequeñas empresas y las actividades comunitarias continúen funcionando incluso después del anochecer.

Las lámparas solares son soluciones portátiles que se pueden utilizar tanto en el interior de las viviendas como en espacios exteriores, como zonas comunes y lugares de trabajo. Ofrecen una alternativa segura y sostenible a las lámparas de queroseno, que plantean riesgos para la salud y el medio ambiente. Además de iluminar ambientes, las lámparas permiten a los residentes realizar actividades diarias como lectura, estudio y producción artesanal, promoviendo la educación y la generación de ingresos.

Se instalan sistemas internos fijos en viviendas y espacios comunitarios, asegurando una iluminación continua a partir de energía solar. Esto mejora la calidad de vida de las familias al brindar mayor comodidad dentro de los hogares y aumentar la productividad en las escuelas y centros comunitarios. También contribuye a reducir la dependencia de fuentes de energía contaminantes y de alto coste, promoviendo un futuro más sostenible.
Más recientemente, la ONG ha ampliado su impacto a través de soluciones innovadoras, como la implementación de congeladores solares, que ayudan a conservar alimentos y medicamentos.
Desafíos y crecimiento
Desde el principio, uno de los mayores desafíos fue crear una metodología eficaz de participación comunitaria. "Nuestro trabajo se basa mucho en el contacto con la comunidad. La comunidad es responsable de la solución y parte del mantenimiento también lo realizan ellos", destaca Tayane. Como el proyecto depende directamente de la participación de los vecinos, era fundamental establecer un modelo que garantizara la implicación local y el mantenimiento de las soluciones. Con el tiempo, esta metodología fue mejorando y hoy permite a "Litro de Luz" operar de manera eficiente en diferentes regiones.
La selección de las comunidades beneficiarias tiene en cuenta varios factores, siendo el principal la necesidad de acceso a la energía. "Nuestro principal foco es incrementar nuestras operaciones en la región que más carece de iluminación, que, en el caso de Brasil, es la región Norte", refuerza Tayane. Además, también se considera la viabilidad financiera y logística del proyecto, así como el grado de implicación de la comunidad.
Alcance, expansión y planes de futuro
Desde su creación, el proyecto internacional ha proporcionado luz a más de 1,5 millones de personas en más de 30 países, llevando esperanza y seguridad a regiones sin acceso confiable a la electricidad. Además de combatir la oscuridad, la tecnología contribuye significativamente a reducir el uso de lámparas de queroseno, una fuente de iluminación común en comunidades aisladas. Esto también ayuda a reducir los problemas respiratorios, el riesgo de incendios y las emisiones de CO₂.


El futuro de "Litro de Luz" en Brasil pasa por ampliar sus actividades a través de leyes de incentivos y alianzas con diversas empresas. Además de en iluminación, la iniciativa también ha invertido en formación profesional. Uno de los proyectos más recientes es la oferta de cursos gratuitos para capacitar a instaladores de sistemas fotovoltaicos, enfocados a residentes de las comunidades atendidas. "Muchos vecinos nos dicen que les gustaría trabajar con energía solar, pero no pueden formarse. Por eso ofrecemos cursos gratuitos con apoyo para el transporte y la alimentación", explica Tayane.
En otras palabras, más que traer luz, "Litro de Luz" está iluminando caminos y oportunidades, demostrando que la innovación social puede transformar realidades de manera sostenible y accesible. Al crear espacios más seguros, conectados y funcionales, la ONG contribuye directamente al bienestar y la sanación social de estas comunidades.

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