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Arquitectos: Urzúa Soler Arquitectos
- Área: 330 m²
- Año: 2020
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Fotografías:Miguel Salinas
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Proveedores: Hunter Douglas, Cintac, Santa blanca
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El proyecto corresponde a una vivienda unifamiliar emplazada en un tupido bosque en la cordillera de los Andes, Las Trancas, Chile. Como punto de inicio, se decidió́ configurar el proyecto como una barra programática horizontal, articulada en tramos idénticos construidos en pilares y vigas H de acero (de módulos de 3 x 3 x 6 metros), que se adaptan a la topografía del terreno a medida que avanzan, extendiendo sus apoyos y suspendiendo el espacio habitable de la casa.
En el centro de la barra, y modulada de la misma manera en triángulos de acero dispuestos cada 3 metros, descansa una cubierta inclinada que favorece la mediación con el clima, al tiempo que protege y aporta aire a los programas públicos con un vacío en doble altura. Por otra parte, también contiene los dormitorios del segundo nivel en calidad de espacios privados.
De esta forma, la casa propone un sistema regular, simétrico y ordenado, que contrasta con un entorno irregular y aleatorio en términos de topografía y arborización. Una nave racional que expresa su estructura y su módulo a través de un sistema incremental, que separa lo artificial de lo natural y que, sin embargo, busca fundirlos al entrecruzar los ritmos, sombras, opacidad y colorido del paisaje con la secuencia constante, plana y oscura del proyecto.
La trama continua, protegida por el amplio techo a dos aguas, actúa como un bloque metálico y duro con un interior de carácter ameno y cálido. Por fuera, está totalmente envuelta en una piel metálica plegada a modo de tablas, que sólo descubre su esqueleto haciéndolo evidente y expresándolo en su ritmo regular, ade- más de permitir las interacciones con el clima de montaña, que presenta temperaturas de frío extremo, acumulación de nieve y caída constante de lluvia en invierno, a lo que se suma el calor y el asoleamiento constante del verano.
Por otra parte, todo el interior del proyecto (pisos, muros y cielorrasos) está revestido por un entablado de madera de pino, que lo protege de las exposiciones directas y construye un espacio abierto, mono material y continuo en el corazón del área social de la vivienda.
En términos programáticos, los extremos bajos alojan los espacios exteriores protegidos de servicios y terrazas, dejando el acceso por el centro de la casa, para luego separar a cada lado de la nave los recintos públicos (quinchos y sala de estar) de los privados (dormitorios). Es para estos últimos que el proyecto inserta dos grandes lucernas que cubren la altura completa de la cubierta, y abren la luz y las vistas de las piezas superiores, alineándose al centro de cada grilla. En el primer nivel, la barra se hace traslúcida en módulos completos a lo largo de sus distintos programas, de forma tal de graduar su luminosidad, buscar las vistas del paisaje y del volcán, y contener su interioridad regulando las zonas abiertas.