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Arquitectos: Modal Architecture
- Área: 700 m²
- Año: 2024
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Fotografías:Salem Mostefaoui
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Construido en la década de 1970, el edificio que albergaba el antiguo conservatorio de Fontenay-aux-Roses ya no cumplía con los estándares actuales de accesibilidad, seguridad y comodidad. Por lo tanto, el equipo municipal decidió transformar parte del sitio en oficinas y la otra parte en un espacio cultural y comunitario dedicado a los residentes y asociaciones de la ciudad. Los estudios y la supervisión de las obras de renovación fueron confiados a Monique Bastos, arquitecta principal de Modal Architecture, quien se centró en reconfigurar el propio edificio y reconectarlo con el tejido urbano, particularmente con las calles circundantes y la topografía del sitio. El edificio se encuentra en las laderas de la ciudad, en un terreno empinado con una diferencia de elevación de casi 6 metros entre las dos calles colindantes. Su fachada principal, casi imperceptible desde la calle, anteriormente daba a una gran plaza elevada poco utilizada, accesible solo a través de una rampa de automóvil con una inclinación pronunciada.
Para abordar los desafíos de visibilidad y accesibilidad, Monique Bastos diseñó una estructura de microarquitectura que alberga el nuevo ascensor, que también sirve como señal y punto de referencia en el espacio público. Reconocida por su trabajo en detalles arquitectónicos y formas lúdicas, se inspiró en el vocabulario arquitectónico de las casas del siglo XIX en el vecindario. Los colores y texturas crean un contraste entre acabados lisos y rugosos, mate y brillante, crudo y refinado. Las formas, compuestas de terrazas curvas dispuestas en una disposición escalonada, otorgan énfasis vertical a la estructura y destacan la presencia de la instalación cultural. La fachada del ascensor, hecha de metal verde pálido, se eleva hasta la altura completa de la estructura y presenta un letrero retroiluminado cortado con láser. La base fue reconstruida en piedra, mientras que el volumen del hueco del ascensor fue revestido con azulejos de ladrillo mate y vidriados cuidadosamente dispuestos. El tono de ladrillo rojizo contrasta con los tonos pastel del metal y el concreto.
El paisajismo exterior complementa el proyecto de microarquitectura. La plaza superior fue completamente rediseñada para incluir una serie de jardines y pequeñas plazas pavimentadas con juntas vegetadas, bordeadas por largos bancos de concreto. La carpintería exterior del edificio fue reemplazada por ventanas con marco de madera, y la fachada fue renovada. En el interior, los espacios fueron reimaginados para acomodar salas comunitarias y un gran salón multifuncional destinado a exposiciones y eventos culturales. Las paredes de este salón están revestidas con paneles acústicos de madera, que ocultan armarios de almacenamiento empotrados, así como un mostrador de recepción móvil y portátil. Los bancos rodantes añaden flexibilidad al espacio, ya que pueden ser almacenados en alcobas o trasladados por la sala según sea necesario.