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Arquitectos: Jacobsen Arquitetura
- Área: 3827 m²
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Fotografias:Fernando Guerra | FG+SG
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Ubicada en una gran pendiente, en medio de una reserva forestal, el proyecto de la Residencia RDJ buscó mimetizar topográficamente el terreno en el que se inserta. El objetivo era crear una casa que, a primera vista, pareciera terrenal, pero que se desplegara lentamente a través del subsuelo y de otros pabellones que componen el recorrido de su descenso.
El programa de la casa principal se distribuye en dos niveles. En la planta baja, donde se da acceso a la residencia, se encuentra el área social, compuesta por los espacios de estar, comedor y gourmet. A través de grandes paneles de vidrio, sus límites se confunden con el área externa, que sigue longitudinalmente su extensión. Toda el área social, con piso de travertino y techo de madera natural, se abre al césped y a la vista de la naturaleza circundante. Una piscina, sobre la cual la casa parece flotar, funciona como una extensión del jardín. Al otro lado, en un volumen ligeramente angulado, se encuentra el área íntima, con los dormitorios de la familia. Paneles de madera grisácea recubren la fachada. El cambio de orientación en este volumen generó un gran voladizo, donde se encuentra la suite de la pareja. Grandes jardineras, en las extensiones del piso y alineadas a los aleros, se abren al entorno, con una vista de 180°.
Bajando las escaleras hacia el piso inferior, se encuentran una sala de cine, un gimnasio, habitaciones de huéspedes y un área de servicio. Asumiendo un aspecto más tectónico que arquitectónico, el subsuelo tuvo su materialidad externa trabajada con piedras y pequeñas aberturas, en contraste con los paneles de vidrio de la planta baja.
Saliendo de la residencia principal, un descenso sinuoso por el terreno nos lleva a un volumen donde se encuentran un despacho y un spa. Su estructura, al igual que la de la casa arriba, también es metálica. Continuando el descenso, una gran cancha de tenis cubierta se revela en medio del paisaje. Desde lejos, su escala ya impresiona. Son cuatro metros y medio de altura en los que grandes pórticos de madera laminada componen su enorme cubierta, diseñada para el máximo confort térmico y protección contra inclemencias del tiempo. Pero es al entrar en el espacio que se percibe que, además de la altura vista desde afuera, la cancha está enterrada en la misma medida, rodeada por paredes de concreto expuesto. Son nueve metros de altura en total, creando una espacialidad y experiencia únicas.