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Arquitectos: Nommo Arquitetos, Studio Boscardin.Corsi Arquitetura
- Área: 224 m²
- Año: 2023
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Fotografías:Eduardo Macarios
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Proveedores: Urban Esquadrias
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Una forma sólida y blanca que contrasta con su entorno inmediato. Este es el principio del proyecto de la Casa Bosque, ubicada en un lote estrecho dentro de un condominio horizontal de residencias adosadas. Este lienzo blanco, al ser homogéneo, no evoca la imagen mental subjetiva de una casa y permite una percepción abierta de lo que se ve, ofreciendo una lectura total del volumen, sin áreas de concentración o elementos que “atraigan” la vista. Como afirma el artista Robert Ryman, “el blanco es solo una forma de exponer otros elementos, permite que otras cosas se hagan visibles”. Al elegir este volumen, se parte de una concepción unitaria de proyecto, en la cual el diseño es el definidor de los flujos y las plantas, contenidas dentro de esta geometría rígida.
El principal deseo de la familia fue tener vista al bosque ubicado fuera del condominio, en la parte trasera del lote. El programa se organiza así en dos pisos: en la planta baja, el acceso, las áreas sociales y de servicio, con las zonas de convivencia teniendo los árboles como telón de fondo; en la planta superior, el área íntima de la familia, con los cuartos de los hijos, además de la oficina y la suite del matrimonio, todos con vista al bosque.
La forma refleja esta división de programas a través del color, con las fachadas de la planta baja en color verde, contrastando con el volumen superior. Como no habría posibilidad de aberturas laterales, un patio interno trajo iluminación para la sala y las áreas de circulación, así como ventilación cruzada para los espacios. El diseño de interiores sigue la línea del esencialismo, sin ornamentaciones innecesarias, utilizando una base de carpintería blanca y ligera. Con esto, tiradores y puertas están camuflados, evidenciando la idea de unidad y pureza de volúmenes y planos. El piso de madera se utiliza en la planta superior y en la escalera, buscando calidez en las áreas íntimas.
El plano monocromático de la fachada, sin embargo, busca un encuentro entre materialidad y desmaterialización al incorporar un brise metálico, provocando una transparencia sin necesariamente usar un material transparente, alineándose con el deseo de la pareja de mezclar momentos de privacidad y exposición. Con pequeñas perforaciones, garantiza la protección solar de las fachadas este-oeste, al mismo tiempo que incorpora un aspecto orgánico a la composición, ya sea por la idea de epidermis con sus poros o por el movimiento de apertura y cierre de esta pantalla. Así, este velo une lo sólido y lo permeable, cuya apariencia se transforma radicalmente del día a la noche: con la claridad, la forma se destaca; con la oscuridad, la casa se ilumina de adentro hacia afuera, creando una homogeneidad difusa. El aspecto principal que trae fluidez y fenomenalidad al proyecto, rompiendo la rigidez de la forma, es la vida misma: con el movimiento de los habitantes reflejado en los brises y en las sombras, en las luces que se encienden y apagan y en la proyección de las sombras de los árboles del bosque.